Con los deshielos de la primavera, los caminos se estaban malogrando, lo que hacía difícil visitar semanalmente a las iglesias. Jaime estaba ansioso de ver a los miembros de iglesia en Battle Creek y de “regocijarse con ellos en la obra que Dios estaba haciendo en su favor” (IT, p. 577), de modo que planearon el viaje al sur en una forma tal que les permitiera pasar unos pocos días visitando a los creyentes a lo largo del camino. Una noche Elena de White recibió un sueño inquie-tante. Advertía de una recepción fría en Battle Creek (Id., p. 578). Los White tenían razón en esperar que después de una ausencia de tres meses, durante los cuales la salud de Jaime había mejorado definidamente, se les daría una afectuosa bienvenida. MV 135.3
Pero no ocurrió así. Los informes falsos y las críticas habían hecho su obra. Aunque Jaime tuvo a su cargo servicios religiosos el sábado 16 de marzo, de mañana y de tarde, y habló con claridad, y nuevamente el domingo de mañana, y Elena presentó su testimonio con facilidad, parecía que a ambos se los mantenía a la distancia. MV 135.4
Elena se sintió aplastada. Jaime también estaba terriblemente chasqueado por la recepción fría. Poco a poco descubrieron la razón. Parte del problema descansaba en la negativa de Elena de White de aceptar el consejo de amigos y dirigentes de la iglesia en Battle Creek que la habían querido disuadir de llevar a su esposo a Wright en diciembre. También por algún tiempo habían circulado informes malévolos en el sentido de que Jaime White tenía una locura por el dinero y que la iglesia de Battle Creek no tenía la menor confianza en los testimonios de la Hna. White. MV 135.5
Aunque dolorosos, dichos informes no fueron una gran sorpresa para Elena porque esto le había sido revelado en un sueño. MV 135.6