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UNA VISITA A SUECIA MV 243

“Partimos de Copenhague esta mañana”, escribió Elena en su diario del jueves 15 de octubre, en el vapor para Malmö, Suecia. Un viaje de una noche por tren los llevó a Estocolmo, donde fueron recibidos por un Hno. Norlin, quien llevó al grupo de obreros a su casa. La Sra. White escribió sobre él como alguien que, en circunstancias humildes, estaba tratando fervientemente de esparcir el conocimiento de la verdad, trabajando como colportor: MV 243.6

Cargando al hombro su mochila, provisto de nuestros libros y periódicos, va a pie de lugar en lugar, a menudo viajando muchos kilómetros por día. Sus ganancias han sido muy pequeñas... De uno de los libros grandes, encuadernados [importados desde Norteamérica], recibía apenas cinco centavos por copia, y de algunos de los otros libros sólo tres centavos. Sobre aquellas obras publicadas en nuestra oficina en Cristianía recibía un descuento de un tercio... MV 243.7

La esposa del Hno. Norlin es una trabajadora diligente, que limpia casas, lava, o hace cualquier otra clase de trabajo duro mediante el cual pueda ayudar a ganar el sustento. Viven en una manera muy económica, ocupando un cuarto de buen tamaño en un cuarto piso, con el uso de una cocina pequeña con otra familia (HS, p. 189). MV 244.1

Después de señalar que esto es una muestra de cómo ha tenido que hacerse el trabajo en Dinamarca, Suecia y Noruega, ella declaró: MV 244.2

Aquellos que están así viajando a pie y llevando los libros y periódicos en sus sacos de cuero, están ocupados aparentemente en una obra humilde; pero no debieran sentir que esto es en ningún sentido degradante. Fue en una manera humilde que Cristo trabajó cuando estuvo en la tierra; fue a pie de lugar en lugar enseñando mientras caminaba. Aquellos que están esparciendo el conocimiento de la verdad, están esparciendo una luz preciosa que algunas almas aceptarán. En el reino de Dios se verá el fruto de sus labores (Ibíd.). MV 244.3

Mientras estuvieron en Estocolmo, Elena y Sara estuvieron hospedadas en la casa de una Hna. Johanneson, que había vivido en los Estados Unidos y que podía hablar inglés muy bien. Era un hogar confortable, calentado por altas estufas de barro cocido que llegaban casi hasta el cielo raso. Elena disfrutó y apreció mucho la comodidad que se les proveyó. MV 244.4

El grupo de obreros estuvo en Estocolmo desde el viernes hasta el miércoles de mañana, 21 de octubre, con reuniones el viernes de noche, el sábado de mañana, y luego el domingo y el lunes por la noche. De la reunión del sábado de mañana celebrada en un pequeño salón público, Elena hizo mención especial en su diario: “Consideramos que éste ha sido un día bueno. El Señor me fortaleció para que hable a su pueblo con claridad y poder”. MV 244.5

La visita a Suecia incluyó unos pocos días en Grythyttehed, 240 kilómetros (150 millas) al noroeste de Estocolmo, y luego a Örebro, encontrándose con grupos de creyentes en cada lugar. En la imaginación ella revivió los días de la Reforma, y luego la predicación del mensaje adventista en Suecia en 1842 y 1843, cuando la boca de aquellos que proclamarían el mensaje fue cerrada por las autoridades. En estas circunstancias el poder de Dios descendió sobre varios niños, quienes proclamaron el mensaje y exhortaron a la gente a alistarse. MV 244.6