Antes de salir de los Estados Unidos, se le había mostrado a Elena de White la norma baja de piedad que había en la iglesia de Cristianía, y puesto que había estado allí sólo ocho meses antes, estaba obligada a presentar testimonios directos. La respuesta fue positiva. MV 251.6
Cuando ella y Sara arribaron a Cristianía poco después de las 10:00 de la mañana del viernes 2 de julio, fueron recibidas en la estación y llevadas al edificio anterior de la casa publicadora, donde se arreglaron confortablemente dos habitaciones para ellas con una cocina. Elena se alegró que el Hno. Hansen, el destacado constructor adventista, la llamó poco después de su llegada. MV 251.7
Se la invitó a encargarse del servicio de la iglesia del sábado de mañana celebrado en la amplia capilla de la casa publicadora que acababa de construirse. El salón era de 13 metros (41 pies) por 17 (55 pies), con un cielo raso de 7 metros de altura (22 pies). La mayoría de los 175 adventistas en Noruega eran miembros de esta iglesia; los restantes estaban divididos entre dos congregaciones mucho más pequeñas (SDA Yearbook [1887], p. 94). MV 251.8
En algún momento de los varios días que Elena de White estuvo allí, tuvo la oportunidad de recorrer la casa publicadora, ahora instalada confortablemente en el nuevo edificio. Cuando se le mostraron los diversos departamentos, expresó gran gozo al pensar que con estas excelentes instalaciones podrían imprimirse rápidamente revistas y libros adecuados para el campo, y despachárselos para que cumpliesen su misión. Cuando llegó a la sala de prensas, se interesó en forma especial y declaró que había visto esa sala y las prensas años antes, sí, casi 12 años antes en la visión del 3 de enero de 1875, en Battle Creek, Michigan (ver NB, pp. 310-312). MV 252.1
Este era un tiempo de crisis para la iglesia en Noruega. Elena continuó su trabajo hasta el término de la sesión el martes de noche, pero habló nuevamente a la iglesia el jueves de noche antes de partir al día siguiente para Dinamarca: MV 252.2
Presenté ante la iglesia la necesidad de un cambio completo en sus caracteres antes de que Dios pudiera reconocerlos como sus hijos. Les insistí en cuanto a la necesidad de orden en la iglesia. Deben tener la mente que moró en Jesús a fin de conducirse rectamente en la iglesia de Dios. Les insistí en cuanto a la importancia de una observancia correcta del sábado... Si esta obra sigue adelante, entonces habrá un arrepentimiento sincero... Con esta reunión terminaron mis labores en Cristianía (MS 66, 1886). MV 252.3
Ella comentó: “El trabajo apenas ha comenzado en la iglesia”. MV 252.4