Los viajeros se detuvieron en Valence, Francia, para encontrarse con los pocos observadores del sábado que se reunieron para los dos servicios. Mientras estuvieron en Valence visitaron la catedral y vieron un busto del Papa Pío VI. “Éste es el Papa —escribió Elena— especificado en la profecía, que recibió la herida mortal” (Ibíd.). Elena se interesó intensamente en la visita a la torre cercana, donde él había estado confinado y donde murió. MV 254.2