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EL DON MÁS GRANDE DE DIOS: CRISTO Y SU JUSTICIA MV 266

¿Cómo podía alguien en un grupo de personas que por cuarenta años, más o menos, habían orado juntos por horas a la vez, estudiado las Escrituras fervientemente para conocer la voluntad de Dios, esperado ansiosamente al Salvador que pronto vendría, consagrado sus vidas a la causa de Dios, sacrificado sus medios para apresurar la obra, creído que ellos eran la “iglesia remanente”, publicado miles de páginas proclamando su fe; cómo podía alguno de ellos no aceptar un mensaje inspirado de la “justificación por la fe”? MV 266.9

Pero algunos pudieron hacer eso, y algunos lo hicieron. MV 267.1

Algunos hasta han sugerido que debido a que Elena de White fue tolerante y deseó ver una discusión imparcial del tema de Cristo y su justicia, ella había sido influenciada por el pastor Waggoner. MV 267.2

Ella negó esto. He aquí una declaración suya: MV 267.3

¿No habían sido estas grandes y gloriosas verdades —la justicia de Cristo y el sacrificio total hecho en favor del hombre—, indeleblemente impresas en mi mente por el Espíritu de Dios? ¿Acaso este tema no había sido presentado en los testimonios una y otra vez? Cuando el Señor dio a mis hermanos la preocupación de proclamar este mensaje, sentí una inexpresable gratitud a Dios, porque sabia que era el mensaje para este tiempo (3MS, pp. 194-195). MV 267.4

“Justificación por la fe”, ¿no había sido esto una parte esencial de la fe protestante? ¿No había sido esto la causa fundamental del cisma con la Iglesia Católica Romana? ¿No había sido promovida por Lutero, Calvino y Wesley? ¿No era una verdad básica “obvia” sustentada por la mayoría de las congregaciones protestantes? No era la “verdad presente” en el mismo sentido que el mensaje del tercer ángel. De ahí, tal vez, que no estaba en la vanguardia de los temas que eran proclamados para atraer la atención por aquellos que intentaban advertir sobre el fin del mundo. MV 267.5

Cuando los primeros adventistas, en defensa del séptimo día como día de reposo, reforzaron su posición al enfatizar la perpetuidad de la ley y la autoridad de los Diez Mandamientos, fueron acusados de enseñar la salvación por las obras o la obediencia a la ley. Para eludir este argumento trataron de mostrar que la ley que fue “clavada en la cruz” fue la ley ceremonial, dejando la ley moral todavía en efecto. Pero Pablo estaba enseñando que la salvación no se ganaba mediante la observancia de la ley, ya sea moral o ceremonial, sino por fe. La belleza de este concepto, como fue presentado por Jones y Waggoner y sostenido por Elena de White en Minneapolis, conmovió a la mayoría de los oyentes, y salieron de allí para esparcirlo entre las iglesias. MV 267.6

Tras la sesión de la Asociación General, Elena de White viajó con emociones mezcladas desde Minneapolis a Battle Creek. Su corazón se regocijaba con la preciosa verdad, reavivada, de Cristo nuestra justicia. Teniendo algo de temor, sin embargo, reflexionaba sobre cuál sería la actitud de los dirigentes residentes en Battle Creek en quienes la gente tenía puesta su mirada. No tuvo que esperar mucho para saber la respuesta. MV 267.7

Cuando se la invitó a hablar en el tabernáculo en su primer sábado, ella instó a los ancianos locales a que invitasen a A. T. Jones para que también hablase. Contestaron que tendrían que consultar con Uriah Smith. MV 267.8

“Entonces háganlo inmediatamente —replicó—, porque el tiempo es pre- cioso y hay un mensaje que ha de llegar a esta gente y el Señor requiere que ustedes abran el camino” (MS 30, 1889). MV 267.9

Era claro ahora que aquellos cuyos corazones habían sido inspirados por la luz restaurada en Minneapolis tendrían que hacer caso omiso del prejuicio de algunos de los dirigentes que habían residido por largo tiempo en Battle Creek, y llevar el mensaje a las iglesias. Aun la revista de la iglesia, la Review and Herald, sería de poca ayuda bajo las circunstancias dadas. MV 268.1

Y Elena de White y A. T. Jones sí llevaron el mensaje a las iglesias. Ambos comenzaron en el pulpito del Tabernáculo de Battle Creek. En el orden normal de las cosas, durante los meses venideros se celebraron reuniones de un tipo u otro en las asociaciones locales. Más aún, por arreglo especial del Comité de la Asociación General, se realizaron tres institutos durante la pri-mavera y el verano. MV 268.2

Mientras que se tenían las reuniones durante la primavera y el verano a través del país, la Sra. White y Jones trabajaron como un equipo. Realmente la presentación de la justificación por la fe rindió buen fruto. MV 268.3