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DECIDIDA A GANAR A NUEVA ZELANDA MV 311

En cuanto a Wellington y a Nueva Zelanda en general, Elena de White clamaba casi con desesperación: “Dios tiene un pueblo en este lugar, ¿y cómo podremos llegar a ellos?” (Carta 9a, 1893). MV 311.6

Al escribir a las iglesias en Norteamérica, ella describía las dificultades para tener éxito en un esfuerzo evangelizador. No había ninguna iglesia en Wellington; los adventistas se reunían en la casa del pastor Israel. La gente no se sentía atraída a reuniones en salones. Los obreros habían tratado todo recurso posible para sacar a la gente de sus hogares. Hicieron circular avisos, volantes, folletos. Los obreros fueron de casa en casa, sembrando la semilla sobre un terreno que hasta la fecha había demostrado ser infructífero. MV 311.7

Pero el prejuicio parecía como una pared de granito. Hasta el momento, excepto en unos pocos lugares, casi cada medio convencional para alcanzar a la gente había fracasado. MV 311.8