Poco después de cumplir con la fecha establecida para la apertura del colegio en abril de 1897, Elena de White inició otro proyecto de igual importancia. Cuando el invierno le dio paso a la primavera y estaba a la vista la terminación del primer año escolar en Avondale, ella albergaba una preocupación creciente: la necesidad de un templo. ¿Podía construirse uno para la conclusión del año escolar, para la cual faltaban ahora sólo siete semanas? Un logro tal coronaría hermosamente este año que marcó un nuevo comienzo en la educación cristiana. MV 380.1
Como el número de estudiantes había aumentado y había crecido el personal, y había aumentado el número de familias que vivían en la comunidad, había llegado a ser cada vez más evidente que no había un lugar adecuado para reunirse. Por un tiempo se habían reunido en la planta alta del aserradero, pero ese sitio se convirtió en un depósito. Justo antes de que se abriese la escuela, estuvo disponible un espacio limitado en el segundo piso sobre la cocina y el comedor, pero pronto demostró ser demasiado estrecho. MV 380.2
“Creo decididamente —exclamó Elena de White— que debemos tener una capilla” (Carta 70, 1897). El miércoles 11 de agosto por la mañana, W. L. H. Baker y A. G. Daniells, los presidentes de las dos asociaciones principales, estaban en el campus para consultar con Elena de White y otros concerniente a asuntos de la escuela y de los próximos campestres. Acababa de recibirse la noticia en Cooranbong del descubrimiento de un error de contabilidad en Melbourne. Justo se habían descubierto $5.280 (£1.100) en depósito para la escuela: $2.880 (£600) de la familia Wessels y $2.400 (£500) de la Asociación General (Carta 177,1897). Ahora podía emprenderse la construcción de un dormitorio para los varones, y se asignaron $480 (£100) para la construcción de un templo. Al informar sobre la entrevista, Elena de White escribió: “Sentimos mucho la necesidad de una iglesia” (MS 175, 1897). MV 380.3
Se le dio una cuidadosa consideración a la ubicación y el tamaño de la capilla que se proponía. En las “visiones de la noche” se le dio orientación a la Sra. White en cuanto a estos detalles: MV 380.4
Recibí instrucción de hablar a la gente y decirles que no debemos dejar la casa del Señor como la última consideración... Se me instruyó de que nuestro lugar de adoración debiera ser de fácil acceso, y que debiera escogerse la porción más preciosa del terreno como un lugar sobre el cual edificar para Dios (Carta 56, 1897). MV 380.5
Había necesidad de apurarse porque querían dedicar el edificio a más tardar al fin del año escolar. MV 381.1