La página del álbum autografiado diseñada para el sábado 8 de septiembre, muestra al Moana descansando plácidamente en el puerto de Apia, la más grande de las islas samoanas. La predicción del artista fue muy cercana a los hechos. El barco arribó a las 7:00 de la mañana del viernes. Habría sido el sábado de mañana si no hubieran acabado de cruzar el meridiano de cambio de fecha, lo que agregó un día extra. MV 385.3
Mientras se echaba anclas, el grupo de los White pudo ver a su comité de bienvenida: un gran bote verde movido por samoanos que cantaban (15 WCW, p. 868). Estaban dirigidos por el Prof. D. D. Lake, quien supervisaba la Misión Samoana. Se ayudó a uno por uno de los miembros del grupo White a descender por la escalera de cuerdas hasta el bote, y aun lo hizo Elena de White, con sus 72 años. Un gigantesco samoano tomó a la bebé Grace en sus brazos, y se paró justo en el extremo de la proa para gran desconcierto de su madre, May, quien le tenía un temor innato al agua. Fácilmente podía imaginarse a esos grandes pies descalzos deslizándose por la madera resbaladiza. MV 385.4
Aun el bote más pequeño no pudo recorrer toda la distancia hasta la orilla, de modo que dos de los hombres cruzaron sus brazos para hacerle una silla a Elena de White y llevarla a la playa. Se le dijo a May White que pusiera sus brazos alrededor del cuello del que llevaba a Grace, y Elena de White se rió en forma ante el cuadro extraño de esta mujer adulta, con sus faldas amplias, aferrada a la espalda bronceada de un samoano mientras éste la llevaba a ella y a su bebé a la orilla. MV 385.5
Dos carruajes estaban esperando para llevar a los miembros del grupo que no estaban en disposición de caminar los 2 kilómetros (algo más de una milla) hasta las oficinas centrales de la misión. El resto del grupo disfrutó del pequeño paseo. jOh, qué buen sabor tenía el desayuno casero! Mientras la mayor parte del grupo fue a visitar lugares de interés, Elena de White y Willie se quedaron con el profesor Lake para analizar las posibilidades de reabrir el sanatorio que se habían visto forzados a cerrar cuando el Dr. F. E. Braucht partió para Nueva Zelanda (Ibíd.). MV 386.1
Los que fueron a visitar sitios de interés regresaron justo cuando se completó la entrevista. Después de haber orado juntos, tomaron las muchas canastas de fruta que habían sido juntadas para ellos. Había bananas en abundancia, mangos, papayas y naranjas. Todos se dirigieron luego al barco, excepto Mabel. Una de las mujeres había querido regresar temprano, de modo que Mabel se había ofrecido para llevarla al muelle con el caballo y un carruaje ligero. En el camino de regreso a la misión ella se perdió. No podía preguntar cómo llegar, porque las únicas palabras en samoano que ella conocía eran: “¿Cómo le va?” Casi era la hora para que el barco partiese. Justo cuando la situación parecía casi sin esperanza, apareció Willie Floding. Él había trabajado en la isla y conocía los caminos. Juntos encontraron rápidamente el barco. MV 386.2
Continuaron los mares calmos mientras surcaban las aguas en su camino al norte y al este en la siguiente etapa del viaje: 3.616 kilómetros (2.260 millas) hasta Honolulu. A mitad de camino cruzarían el ecuador y nuevamente estarían en el hemisferio norte. Fue una semana agradable de viaje. Ella [la hija de W. C. White], incapaz de reprimir el deseo de enseñar, había organizado una pequeña escuela para los mellizos, y pronto se unieron otros niños. Hasta reclutó a Leonard Paap, uno del grupo, para enseñarles a los niños mayores. La salida del sol el domingo de mañana fue extraordinaria. Elena de White escribió: “La salida del sol fue gloriosa. Todo el mar era un río de oro amarillento. Tenemos en este viaje un mar plácido” (MS 96, 1900). MV 386.3