Jaime y Elena White enfrentaron tiempos difíciles en Paris. Ella escribió al respecto: MV 55.2
Sufrimos muchas privaciones... Estábamos dispuestos a vivir con economía a fin de sostener la revista. Mi esposo era un dispéptico. No podíamos comer carne o mantequilla, y nos veíamos obligados a abstenemos de todo alimento con grasa. Sáquese esto de la mesa de un agricultor pobre y queda una dieta muy escasa. Nuestras labores eran tan grandes que necesitábamos alimento nutritivo. MV 55.3
Teníamos muchas preocupaciones y a menudo nos desvelábamos hasta la medianoche, y a veces hasta las dos o tres de la mañana, para leer las pruebas de páginas. Podríamos haber soportado mejor estos esfuerzos extra si nuestros hermanos en Paris hubieran simpatizado con nosotros y hubiesen apreciado nuestras labores y los esfuerzos que estábamos haciendo para promover la causa de la verdad. El trabajo mental y las privaciones redujeron muy rápidamente las fuerzas de mi esposo (1LS, p. 278). MV 55.4
Los Wbite tenían consigo en Paris su caballo, Charlie, y el carruaje. Le tenían a Charlie un afecto especial porque lo habían conseguido en un tiempo mando estaban sufriendo muchas aflicciones. Aproximadamente un año antes, cuando Elena de White había soportado un doloroso viaje de 64 kilómetros (40 millas) en diligencia hasta Sutton, Vermont, los creyentes en Sutton se dieron cuenta de las dificultades que sobrellevaban los White en sus viajes, y se unieron para formar un fondo de $175 con el cual proveerles un caballo y un carruaje. Se les dio a Jaime y Elena la oportunidad de elegir entre varios caballos traídos para que los inspeccionasen. El proceso de escoger uno no requirió mucho tiempo, porque la noche anterior Elena tuvo una visión y le pareció encontrarse en la encrucijada designada para inspeccionar los animales, y cuando los caballos fueron conducidos ante ellos el ángel dio su consejo. MV 55.5
El primero era un animal brioso, de color rojizo pardo claro, más bien nervioso, y el ángel dijo, “No”. “Ese no”, fue el veredicto sobre el segundo, un corpulento caballo gris. Luego, cuando un hermoso caballo zaino moteado, con el lomo algo hundido, fue llevado ante ellos, el ángel dijo: “Éste es el caballo para ustedes”. Se llamaba Charlie, y les alivió el viaje a Canadá y a lo largo de un período de muchos años (WCW, “Sketches and Memories of James and Ellen G. White” [Notas y memorias de Jaime y Elena G. de White], RH, 25 de abril, 1935). MV 55.6
En el congreso de Waterbury, Jaime y Elena enfrentaron críticas perturbadoras. Se había iniciado una campaña de murmuraciones contra Jaime White a la cual muchos se unieron, aun el venerable José Bates. Se basaba sobre la opinión de que los White tenían un caballo demasiado bueno, y como Jaime había sido muy liberal en sus contribuciones al congreso, supusieron que debía estar haciendo dinero. Escribió Elena de White: MV 56.1
Ésta era la recompensa que recibió. Nos vimos forzados a vadear una marea agobiadora. Parecía que las aguas profundas nos cubrirían, y que habríamos de hundimos (1 LS, p. 280). MV 56.2
Sufrieron un episodio desalentador tras otro. Varios resfríos que atacaron a Jaime en su viaje de ida y vuelta a Waterbury se localizaron en sus pulmones. Elena de White informó el resultado: MV 56.3
Se hundió bajo el peso de las pruebas. Estaba tan débil que no podía llegar a la imprenta sin tambalear. Nuestra fe fue probada a lo sumo. Habíamos soportado voluntariamente privaciones, afanes y sufrimientos, sin embargo muy pocos parecían apreciar nuestros esfuerzos, cuando era incluso por su bien que habíamos .sufrido. Estábamos demasiado angustiados como para dormir o descansar (Id., pp. 280-281). MV 56.4
La situación finalmente llegó hasta el extremo de que Jaime declaró: “Esposa, no vale la pena tratar de luchar más. Estas cosas me están aplastando y pronto me llevarán a la tumba. No puedo seguir más. He escrito una nota para la revista declarando que no publicaré más” (Ibíd.). Cuando salía de la casa para llevar la nota a la imprenta, Elena se desmayó. El regresó y ella se recobró en respuesta a la oración ferviente. A la mañana siguiente, en el culto de la familia, ella fue arrebatada en visión. He aquí lo que escribió en cuanto a lo que le fue mostrado: MV 56.5
Vi que mi esposo no debe desistir de publicar la revista, porque Satanás estaba tratando de impulsarlo a dar precisamente ese paso, y estaba trabajando mediante agentes [humanos] para hacer eso. Se me mostró que él debe continuar publicando y que el Señor habría de sostenerlo (Id., p. 281). MV 56.6
De modo que la Second Advent Review and Sabbath Herald continuó saliendo de la prensa a razón de uno o dos números por mes hasta que el número 13 apareció el 9 de junio de 1851. Este número concluyó el primer tomo, y los White terminaron su estadía en Paris. MV 56.7
Con el fin del primer tomo, Jaime pensó que sería bueno encontrar un lugar más central desde el cual despachar la revista y otros materiales impresos. Co- menzaron a buscar un lugar cercano a Saratoga Springs donde estarían a sólo unos pocos kilómetros de la imprenta. Pocos días después los White encontraron una casa, pidieron prestado muebles de otros creyentes, y establecieron su residencia. El primer número del tomo 2 salió de la prensa el 5 de agosto de 1851. Sarah, la hermana de Elena, y Stephen Belden (esposo de Sarah) llegaron pronto para ayudar con el programa de publicaciones. Y vino Clarissa Bonfoey, trayendo a Edson, de dos años, quien había estado al cuidado de ella. Pronto Annie Smith, de 23 años, la muy talentosa hermana de Uriah Smith, se unió a la familia de las publicaciones. Ella dio una ayuda muy necesaria para producir la Advent Review and Sabbath Herald, el nombre recientemente abreviado del periódico. Al escribir a los Howland el 12 de noviembre, Elena de White declaró: MV 56.8
Annie Smith está con nosotros. Ella es precisamente la ayuda que necesitamos; ella se encarga con Jaime [del trabajo] directamente y le ayuda mucho. Podemos ahora dejarla para sacar las revistas y nosotros podemos salir más entre el rebaño de creyentes (Carta 8, 1851). MV 57.1
De modo que entre el otoño y el invierno de 1851-1852, los White dividieron su tiempo entre la obra de publicaciones y el trabajo en el campo. MV 57.2