Este libro trata de cómo los jóvenes y los adultos encuentran certidumbre. ¿Hay alguna “autoridad” en algún lugar que pueda hablar con claridad, satisfaciendo la cabeza como también el corazón? MDS xiii.4
Los adventistas del séptimo día contestan, “¡Sí!; hay una Autoridad”. Señalamos a Aquel que nos hizo, y lo llamamos Dios, el Dios que se comunica. Más aún, nos hizo capaces de responderle. Maravilloso pensamiento: ¡fuimos hechos para escuchar a nuestro amigable Hacedor! Y cuando escuchamos, oímos la verdad sobre quiénes somos, por qué existimos, y qué clase de futuro sin fin ha planeado él para nosotros, si seguimos escuchando. MDS xiii.5
¿Cómo “habla” Dios a los seres humanos? “Muchas veces y de muchas maneras”, escribió Pablo en Hebreos 1:1 Por ejemplo: MDS xiii.6
• A través de sus obras creadas, las que nosotros llamamos “naturaleza”. MDS xiii.7
• A través del Espíritu Santo, que establece contacto con la conciencia de cada persona. MDS xiii.8
• A través de Jesucristo, quien era Dios mismo. MDS xiii.9
Pero Dios hizo aun algo más. Sabía que miles de años antes de que Jesús viniese como hombre, los hombres y las mujeres necesita- rían oír el lado divino de la historia del gran conflicto entre el bien y el mal. MDS xiii.10