Hay muchos que están tranquilos, como si estuvieran durmiendo. Dicen: «Si la profecía ha predicho la imposición de la observancia dominical, con toda seguridad la ley será promulgada», y habiendo arribado a esta conclusión se sientan a esperar el cumplimiento de la profecía, consolándose con la idea de que Dios protegerá a su pueblo en el día de la angustia. Pero el Señor no nos salvará si no hacemos el menor esfuerzo para llevar a cabo la obra que nos ha encomendado. Debemos ser hallados como soldados vigilantes, cumpliendo fielmente con nuestro deber, no sea que Satanás obtenga la ventaja, algo que es nuestro deber impedir. SE1 78.2
Deberíamos estudiar diligentemente la Palabra de Dios y orar con fe para que Dios refrene a los poderes de las tinieblas, porque hasta ahora el mensaje ha llegado relativamente a pocas personas y el mundo debe ser iluminado con la gloria del Señor. La verdad presente, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, todavía no han resonando como deberían haberlo hecho. Hay muchos prácticamente a la sombra de nuestras puertas por cuya salvación no se ha hecho ningún esfuerzo personal. SE1 78.3