Entre otras cosas que se le mostraron, se le describió el caso de una mujer que estaba tratando de introducirse entre nuestro pueblo. Ella dijo que esta mujer profesaba gran santidad. La Sra. White nunca se había encontrado con ella, ni tenía ningún conocimiento de ella, excepto lo que se le había indicado en esta visión. No solo se le mostró el modo de proceder de esta mujer, sino también que cuando ella fuera reprendida, pondría una mirada de santidad, y diría: “El Señor conoce mi corazón”. Se le dijo que esta mujer estaba viajando por el país con un joven, mientras su esposo, un hombre mayor, estaba en casa trabajando para sostenerlos en su mala conducta. La Sra. White dijo que el Señor le había mostrado que “no obstante las pretensiones de santidad de la mujer, ella y el joven eran culpables de violar el séptimo mandamiento”. Con la descripción escrita de este caso en mi bolsillo, esperé con cierta ansiedad para ver cómo terminaría este asunto. GMA 268.4