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La verdadera Simiente GMA 27

Se instruyó una vez a Abrahán que la verdadera Simiente, por medio de la cual todas las naciones serían bendecidas, aunque de su posteridad según la carne, sería en realidad el Cristo de Dios; porque el Señor no le dijo: “Simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo”.16Gálatas 3:16. El apóstol Pablo dijo de esto: “Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abrahán, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones”.17Gálatas 3:8. La promesa a Abrahán fue renovada a Isaac y a su simiente,18Génesis 28:13. y también a Jacob. GMA 27.4

Como Jacob tenía doce hijos, la pregunta surgiría naturalmente: ¿Por medio de cuál de ellos habría de rastrearse el linaje de la verdadera Simiente? En el testimonio inspirado que Jacob dio acerca de sus hijos, el caso fue resuelto: “No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos”.19Génesis 49:10. En cumplimiento de esto es bueno notar que a los israelitas, aunque sujetos a diversas naciones, se les permitió tener su Sanedrín. De este modo Judá –la tribu de los judíos así llamada por Judá− tuvo algo de injerencia en su gobierno hasta que en efecto vino Siloh (Cristo). GMA 28.1