Aquí otra vez había una profecía de lo que ocurriría. La secuela mostrará cuán exactamente se cumplió. El primer sábado después de la reunión de Rochester estábamos en Roosevelt, y el siguiente en Brookfield, Condado de Madison. La semana siguiente tuvimos reuniones en la cómoda cocina del Sr. Ballou, en Mansville, Condado de Jefferson. Mientras viajábamos en tren de Brookfield a Mansville, el rostro de la Sra. White se inflamó justo debajo de los ojos. Esto era tan doloroso que cuando llegamos a Mansville se vio obligada a guardar cama. La inflamación aumentó durante dos días, privándola del sueño, así como impidiéndole tomar parte en las reuniones. Su cabeza estaba hinchada a tal punto que ambos ojos estaban cerrados, y su rostro estaba tan desfigurado que ya no parecía el de un ser humano. En medio de este dolor torturante y de un nerviosismo extremo, causado por la falta de sueño, el enemigo se esforzaba bastante por hacerla murmurar contra Dios. De este modo continuaron las cosas hasta el fin de las reuniones citadas. GMA 279.3
Después que terminaron las reuniones el pastor White me dijo: GMA 280.1
“Hermano Juan, este es el ataque de Satanás a mi esposa del que se nos advirtió en Rochester. Recuerde que se hizo la promesa de que si nos manteníamos juntos y la sosteníamos por la fe, no abandonándola ni por un momento cuando viniera la lucha, el poder del enemigo sería quebrado, y ella sería liberada. Vayamos de inmediato y tengamos una sesión de oración”. GMA 280.2