Es una fuente de ánimo saber que estas diferentes organizaciones en diversos países y nacionalidades están todas unidas en la promoción de la gran causa de la verdad y la salvación de los hombres. No confiamos en la mera maquinaria formal de la organización, sino en Dios, el autor del orden. Con su bendición sobre la acción unida y armoniosa de sus obreros podremos darnos cuenta de cuán buen y placentero es tener “todas las cosas decentemente y con orden”. GMA 297.3