En la primavera de 1883, el Dr. J. H. Kellogg visitó Europa en interés de la investigación médica. Pasó unos pocos días en cada una de nuestras misiones, y sus visitas fueron una fuente de mucho ánimo para los obreros, especialmente su consejo respecto de la obra en Basilea que fue grandemente apreciado por el pastor Andrews. GMA 338.1