En el año 1866, el pastor John Matteson solicitó a los administradores de la oficina de la Review and Herald que evaluaran la posibilidad de imprimir, para el uso de los escandinavos, panfletos y folletos en su lengua. Se le informó que una falta de recursos en la oficina les impedía hacerlo; pero había personas de esa nacionalidad en Wisconsin y Minnesota que estaban tan ansiosos de tener impresa la verdad en su lengua materna que, aunque estaban en circunstancias moderadas, y eran menos de cincuenta, reunieron $1.000 en efectivo, y lo pusieron en sus manos para ese propósito. Con ese dinero y una cantidad de manuscritos prolijamente preparados, el pastor Matteson fue a Battle Creek, y solicitó otra vez libros impresos. Aunque estaba preparado para contestar las objeciones previamente hechas, sus deseos fueron otorgados, y el 18 de marzo de 1867, comenzó a leer el manuscrito, preparado para su libro Liv og Dog (Vida y Muerte), al pastor J. N. Andrews y a mí mismo, quienes éramos entonces miembros de la comisión de publicaciones. En otras palabras, nos dijo en inglés lo que su manuscrito decía en danés-noruego. GMA 344.1