En 1875 se dio un testimonio importante a la iglesia de San Francisco, a la que ahora llamamos la atención por haberse cumplido tan notablemente. Esta iglesia desde el principio había estado bajo la necesidad de alquilar salas para los cultos, y eso de por sí implicaba considerables gastos y alguna incomodidad, ya que no se podían realizar series de reuniones en ellas porque gran parte del tiempo se las necesitaba para otros propósitos. GMA 371.4
En las noches del 14 al 20 de abril de 1875, los miembros dirigentes de la iglesia de San Francisco fueron llamados a reunirse en la casa de la Sra. J. L. James, en la calle cinco, cerca de la calle Market, y la Sra. White nos relató allí lo que se le había mostrado en visión respecto de la situación, que era que San Francisco siempre sería un punto misionero, donde la obra se llevaría a cabo; y que si se administraba el asunto juiciosamente, las almas aceptarían la verdad. Si se levantaba una casa de adoración donde se pudiera invitar a la gente, y donde se pudiera trabajar, las almas se añadirían a su número, y a su vez, ayudarían a sufragar los gastos y la deuda que debía incurrirse para preparar una casa de reuniones. GMA 371.5
La Sra. White siguió diciendo que ella había visto que cuando ella hablara a la iglesia de San Francisco sobre la importancia de erigir una casa de adoración, les parecería como avanzar en la oscuridad; pero se le pidió que dijera que al avanzar ellos verían que la providencia de Dios abriría el camino delante de ellos, paso a paso, y que amigos se levantarían a todo lo largo del camino, hasta que finalmente la deuda sería totalmente pagada. GMA 372.1
Siendo uno de los pocos que me encontraba en las reuniones mencionadas, puedo decir que la idea que se estaba apoderando del grupo, que eran casi todos pobres en los bienes de este mundo, de erigir una casa de reuniones de 10,5 x 24 m (35 x 80 pies), y para colmo, en una ciudad donde el terreno más barato demandaba un gasto de por lo menos $6.000, parecía realmente “un avance en la oscuridad”. Ellos fueron inducidos a avanzar solo por la total confianza que tenían de que el testimonio que les entregaba la Sra. White era del Señor, y seguramente se cumpliría. GMA 372.2
Habiendo estado conectado con la empresa más o menos desde su origen hasta el presente, deseo aquí declarar que el testimonio arriba mencionado se cumplió en cada detalle. Cuando comenzamos la búsqueda de un terreno, tuvimos éxito en obtener uno de $6.000 por $4.000. Una hermana dijo que ella daría $1.000 si podía vender su propiedad. Inmediatamente puso la propiedad en las manos de un agente inmobiliario, quien le dijo que el precio era demasiado bajo. En dos semanas su propiedad había sido vendida por $1.000 más de lo que ella había calculado, y ella pagó su promesa. Otro, un hermano pobre no veía cómo podría construirse la iglesia, pero dijo: “Si el Señor dice que hay que hacerlo, él abrirá el camino de algún modo”, encontró para su asombro, que la herencia de uno de sus familiares se había repartido y que él resultó poseedor de $20.000. Dio $1.000 para la construcción y compró un tercio del lote para la iglesia sobre la cual edificar una residencia para sí mismo, de modo que en dos formas trajo alivio a la sociedad. GMA 372.3