Por varios años antes de 1840, el sultán se había enredado en una guerra con Mehmet Alí, bajá de Egipto. En 1838 el problema entre el sultán y su vasallo egipcio fue restringido por un tiempo por la influencia de embajadores extranjeros. Sin embargo, en 1839, las hostilidades comenzaron de nuevo, y continuaron hasta que, en una batalla general entre los ejércitos del sultán y Mehmet, el ejército del sultán fue enteramente destrozado y destruido, y su flota tomada por Mehmet y llevada a Egipto. Tan completamente quedó reducido el sultán que, cuando la guerra comenzó de nuevo en agosto, tenía solo dos navíos de primera y tres fragatas como los tristes restos de la una vez poderosa flota turca. Mehmet se rehusó absolutamente a devolver la flota al sultán, y declaró que si las potencias intentaban quitársela, la quemaría. En esta posición estaba el tema, cuando en 1840, Inglaterra, Rusia, Austria y Prusia se interpusieron, y decidieron un arreglo de la dificultad; porque era evidente que si lo dejaban solo, Mehmet pronto llegaría a ser el dueño del trono del sultán. GMA 101.3