“En la primera parte de la estación algunos de nuestros hermanos en el norte de New Hampshire se habían impresionado tanto con la creencia de que el Señor vendría antes de otro invierno, que no cultivaron sus campos. A mitad de julio, que era la tarde de la medianoche del día-año judío (tarde-mañana, calculado desde la luna nueva de abril, el comienzo de este año judío), otros que habían sembrado y plantado sus campos, quedaron tan impresionados con un sentido de la inmediata aparición del Señor, que no pudieron, en consonancia con su fe, cosechar sus cultivos. Algunos, al ir a los campos para cortar su pasto, se encontraron enteramente incapaces de proceder, y, según su sentido del deber, dejaron sus cosechas en el campo, para mostrar su fe por sus obras, y así condenar al mundo. Esto se extendió rápidamente por todo el norte de Nueva Inglaterra. GMA 123.2