El caso de Carlstadt es digno de notar – Su dificultad con Lutero acerca de la Epístola de Santiago – Su osadía en mantenerse junto a Lutero en contra del papa – Lo que hizo Carlstadt durante la cautividad de Lutero – Cuán lejos llegó a estar bajo el fanatismo – Quién actuó con Carlstadt en la eliminación de las imágenes de las iglesias, la supresión de las misas, y la abolición de la ley del celibato – Lutero al regresar restauró la misa y suprimió la sencilla ordenanza de la Cena – Carlstadt se sometió a la corrección de Lutero – Después de dos años, Carlstadt se sintió impelido a oponerse a Lutero acerca de la Cena – La base de su diferencia con respecto a la Reforma – Lutero dijo que la sangre y el cuerpo de Cristo estaban literalmente presentes EN el pan y el vino – Carlstadt decía que ellos sencillamente los representaban – La controversia que siguió Carlstadt refutado por el destierro – Su cruel tratamiento en el exilio – Él no estuvo conectado con la conducta desordenada de los anabaptistas – Por qué Carlstadt ha sido juzgado tan severamente – La evaluación de D’Aubigné de esta controversia – Las labores de Carlstadt en Suiza – Lutero escribe contra él – Lutero y Carlstadt se reconcilian – La evaluación de D’Aubigné de Carlstadt como erudito y cristiano – Carlstadt un sabatario – En qué benefició Lutero a Carlstadt – En qué podría haberse beneficiado con Carlstadt
Es digno de notar que por lo menos uno de los reformadores de considerable relevancia –Carlstadt– fue un sabatario. Es imposible leer los registros de la Reforma sin la convicción de que Carlstadt estaba deseoso de una obra de reforma más completa de lo que estaba Lutero. Y que mientras Lutero estaba dispuesto a tolerar ciertos abusos no sea que la Reforma estuviera en peligro, Carlstadt estaba dispuesto a afrontar todos los peligros para lograr un retorno completo a las Santas Escrituras. HSPDS 287.1
El principio sabatario de Carlstadt, su conexión íntima con Lutero, su prominencia en los comienzos de la historia de la Reforma, y el peso importante de la decisión de Lutero con respecto al sábado sobre la historia entera de la iglesia protestante, hacen que el primero sea digno de notar en la historia del sábado. Daremos su registro en las palabras exactas de los mejores historiadores, ninguno de los cuales tenía simpatía con su observancia del séptimo día. La manera en la cual ellos afirman sus faltas muestra que ellos no eran parciales a su favor. Poco después que Lutero comenzó a predicar contra el mérito de las buenas obras, su profundo interés en la obra de liberar a los hombres del hechizo papista lo llevó a negar la inspiración de alguna porción de aquellas escrituras que eran citadas en contra de él. El Dr. Sears expone de esta manera el caso: HSPDS 287.2
“Lutero era tan celoso de mantener la doctrina de la justificación por fe, que él estaba preparado aún a poner en duda la autoridad de algunas porciones de las Escrituras, que le parecían no eran reconciliables con ella. En especial, sus expresiones indican la más fuerte repugnancia por la epístola de Santiago”.1Vida de Lutero, de Barnas Sears, D. D., ed. ampl., pp. 400, 401. HSPDS 287.3
Antes de la cautividad de Lutero en el castillo de Wartburgo, surgió una disputa entre él y Carlstadt sobre precisamente este tema. Se registra de Carlstadt que en el año 1520, HSPDS 288.1
“Él publicó un tratado ‘Con respecto al canon de la Escritura’, que, aunque desfigurado por ataques amargos contra Lutero, no obstante fue una obra valiosa, planteando el gran principio del protestantismo, o sea, la suprema autoridad de la Escritura. En este tiempo también luchó por la autoridad de la epístola de Santiago, contra Lutero. Sobre la publicación de la bula de León X contra los reformadores, Carlstadt mostró un valor real y honesto en mantenerse firme con Lutero. Su obra sobre ‘Santidad papal’ (1520) ataca la infalibilidad del papa sobre la base de la Biblia”.2M’Clintock y Strong, Cyclopedia, t. ii, p. 123. HSPDS 288.2
Como es bien sabido, Lutero cuando retornaba de la Dieta de Worms, fue aprehendido por los agentes del Elector de Sajonia, y escondido de sus enemigos en el Castillo de Wartburgo. Leemos de Carlstadt en ese tiempo lo que sigue: HSPDS 288.3
“En 1521, durante el confinamiento de Lutero en el Wartburgo, Carlstadt tuvo casi el control exclusivo del movimiento de reforma en Wittenberg, y fue supremo en la universidad. Él atacó el monacato y el celibato en un tratado ‘Con respecto al Celibato, el Monacato, y la Viudez’. Su siguiente punto de ataque fue la Misa, y muy pronto siguió un desorden producido por los estudiantes y jóvenes en contra de la Misa. En Navidad de 1521, él le dio el sacramento en las dos especies a los laicos, y en alemán; y en enero de 1522, él se casó. Su celo temerario lo condujo a hacer todo lo que él consideraba correcto, de una vez y arbitrariamente. Pero pronto sobrepasó a Lutero, y uno de sus grandes errores fue poner el Antiguo Testamento al mismo nivel que el Nuevo. El 24 de enero de 1522, Carlstadt obtuvo la adopción de una nueva constitución de la iglesia en Wittenberg, que es de interés solo por ser la primera organización protestante de la Reforma”.3Íd. Ib. HSPDS 288.4
En ese momento, en Wittenberg había ciertos maestros fanáticos, quienes, por razón del pueblo de donde procedían, fueron llamados “los profetas de Zwickau”. Ellos por un tiempo tuvieron a Carlstadt bajo su influencia, por lo que él concluyó que los grados académicos eran pecaminosos, y que, como era suficiente la inspiración del Espíritu, no había necesidad del saber humano. Por lo tanto él aconsejó a los estudiantes de la universidad que regresaran a sus casas.4D’Aubigné, Hist. de la Ref., libro ix. Esa institución estuvo en peligro de disolución. Esa fue la actividad de Carlstadt en la ausencia de Lutero. Con la excepción de esta última acción, sus actos fueron en sí mismos correctos. HSPDS 288.5
Los cambios hechos en Wittemberg durante la ausencia de Lutero, fueran oportunos o no, son generalmente puestos en la cuenta de Carlstadt, y se dice de ellos que fueron hechos bajo su responsabilidad individual, de una manera fanática. Pero las cosas eran de otra manera. El Dr. Maclaine expone el caso de este modo: HSPDS 288.6
“El lector tal vez puede imaginar, del informe del Dr. Mosheim sobre este asunto, que Carlstadt introdujo estos cambios meramente por su propia autoridad; pero esto está lejos de ser el caso; la supresión de las misas privadas, la eliminación de las imágenes de las iglesias, la abolición de la ley que imponía el celibato al clero; que son los cambios sugeridos por el historiador como apresurados y peligrosos, fueron efectuados por Carlstadt, en conjunto con Bugenhagius, Melanchton, Jonas Amsdorf, y otros, y fueron confirmados por la autoridad del Elector de Sajonia; de modo que hay alguna razón para aprehender que una de las principales causas del desagrado de Lutero por estos cambios, fue que fueron introducidos en su ausencia; a menos que supongamos que él todavía no había sacudido las cadenas de la superstición, como para ser sensible al carácter de absurdo y las consecuencias perniciosas del uso de las imágenes”.5Mosheim, Hist. Ecles., libro iv, siglo xvi, sec. 3, parte ii, párr. 22, nota. HSPDS 289.1
Carlstadt había dado la copa a los laicos, de lo que por largo tiempo ellos habían sido privados por Roma. Él había puesto a un lado la adoración del pan consagrado. El Dr. Sears repasa esta obra de Carlstadt, y luego nos cuenta lo que hizo Lutero con respecto a ello cuando volvió. Estas son sus palabras: HSPDS 289.2
“Él [Carlstadt] había hasta entonces restaurado el sacramento de la Cena del Señor en cuanto a distribuir el vino así como el pan a los laicos. Lutero, ‘a fin de no ofender las conciencias flacas, insistió en distribuir el pan solo, y prevaleció. Él [Carlstadt] rechazó la práctica de elevar y adorar la hostia. Lutero la permitió, y la introdujo de nuevo”.6Vida de Lutero, p. 401. HSPDS 289.3
La posición para Carlstadt era muy difícil. Él no había recibido “muchas cosas enseñadas por los nuevos maestros” de Zwickau. Pero él había enseñado públicamente algunas de sus ideas fanáticas con relación a la influencia del Espíritu de Dios que remplaza la necesidad de estudiar. Pero en la supresión de los servicios idolátricos de los romanistas, él estaba esencialmente en lo correcto. Él tuvo el dolor de ver mucho de esto restablecido. Además el elector no le permitiría predicar o escribir sobre los puntos en los que difería de Lutero. D’Aubigné expone su curso de acción de este modo: HSPDS 289.4
“No obstante, él sacrificó su estima propia por amor a la paz, restringió su deseo de vindicar su doctrina, se reconcilió, por lo menos en apariencia, con su colega [Lutero], y poco después reanudó sus estudios en la universidad”.7D’Aubigné, Hist. de la Ref., libro ix, p. 282. Yo uso la excelente edición en un tomo de Porter y Coates. HSPDS 289.5
Como Lutero enseñaba algunas doctrinas que Carlstadt no podía aprobar, sintió al fin que debía hablar. El Dr. Sears escribe: HSPDS 289.6
“Después que Carlstadt había sido compelido a guardar silencio, de 1522 a 1524, y a someterse al poder y la autoridad superiores de Lutero, él no pudo retenerse por más tiempo. Él, por lo tanto, dejó Wittemberg y estableció una imprenta en Jena, por medio de la cual pudo, en una serie de publicaciones, ventilar sus convicciones, por tanto tiempo reprimidas”.8Vida de Lutero, pp. 402, 403. HSPDS 289.7
Los principios a la base de sus ideas de la Reforma fueron estos: Carlstadt insistía en rechazar todo lo que había en la iglesia católica no autorizado en la Biblia; Lutero estaba decidido a retener todo lo que no estaba expresamente prohibido. El Dr. Sears expone así sus diferencias principales: HSPDS 290.1
“Carlstadt mantenía que ‘en las cosas pertinentes a Dios, no debemos considerar lo que la multitud dice o cree, sino mirar sencillamente a la palabra de Dios. Otros’, añade, ‘dicen esto, por causa de los débiles, que no debemos apresurarnos a guardar los mandamientos de Dios; pero esperemos hasta que lleguen a ser sabios y fuertes’. Con respecto a las ceremonias introducidas en la iglesia, él juzgaba como los reformadores suizos, que todas debían ser rechazadas si no tenían aprobación en la Biblia. ‘Si no encuentras base para ellas, están suficientemente en contra de las Escrituras’. HSPDS 290.2
“Lutero aseveraba, por lo contrario, ‘Todo lo que no está en contra de las Escrituras está en favor de ellas, y las Escrituras en favor de ellas. Aunque Cristo no nos ordenó adorar la hostia, tampoco lo prohibió’. ‘No es así’, decía Carlstadt, ‘estamos obligados a la Biblia, y ninguno puede decidir según los pensamientos de su propio corazón’”.9Íd.,. p. 401, 402. HSPDS 290.3
Es de interés saber cuál era el tema que causó la controversia entre ellos, y cuál era la posición de cada uno. El Dr. Maclaine expone así la ocasión del conflicto que surgió entonces: HSPDS 290.4
“Esta diferencia de opinión entre Carlstadt y Lutero con respecto a la eucaristía, fue la verdadera causa de la violenta ruptura entre esos dos hombres eminentes, y tendió muy poco a honrar al último; porque, a pesar de la explicación que dio el primero a las palabras de la institución de la cena del Señor, puede parecer forzada, sin embargo el pensamiento que él tenía de esa ordenanza como una conmemoración de la muerte de Cristo, y no una celebración de su presencia corporal, en consecuencia de una consubstanciación con el pan y el vino, es infinitamente más racional que la doctrina de Lutero, que está cargada con algunas de los más palpables absurdos de la transubstanciación; y si se supone que Carlstadt forzó la regla de interpretación demasiado lejos, cuando él alegaba que Cristo pronunció el pronombre este (en la expresión Este es mi cuerpo) señalando su cuerpo, y no al pan, ¿qué debemos pensar de la explicación de Lutero de la doctrina sin sentido de la consubstanciación por la similitud de un hierro al rojo, en el que los dos elementos están unidos, como el cuerpo de Cristo con el pan de la eucaristía?”10Mosheim, Hist. de la Igl., libro iv, siglo xvi, sec. 3, parte ii, pár. 22, nota. HSPDS 290.5
El Dr. Sears también expone la ocasión de este conflicto en 1524: HSPDS 290.6
“La diferencia más importante entre él y Lutero, y la que más amargó a éste en contra de aquél, se relacionaba con la cena del Señor. Él se oponía no solo a la transubstanciación, sino a la consubstanciación, la presencia real, y la elevación y la adoración de la hostia. Lutero rechazó la primera, afirmó la segunda y la tercera, y permitió las otras dos. Con respecto a la presencia real, él dice: ‘En el sacramento está el cuerpo real de Cristo y la sangre real de Cristo, de modo que aún los más indignos e impíos participen de él; y “participen de él corporalmente” también, y no espiritualmente como lo quiere Carlstadt’”.11Vida de Lutero, p. 402. HSPDS 290.7
Que Lutero era quien estaba principalmente en el error en esta controversia será reconocido por casi todos en la actualidad. D’Aubigné no puede refrenarse de censurarlo: HSPDS 291.1
“Cuando se levantó la pregunta de la cena, Lutero echó fuera el elemento adecuado de la Reforma, y tomó su posición para sí mismo y para su iglesia, en un Luteranismo exclusivo”.12D’Aubigné, Hist. de la Ref., libro x, p. 312. HSPDS 291.2
El Dr. Sears caracterizó la controversia de este modo: HSPDS 291.3
“Siguió una controversia furiosa. Ambos grupos excedieron los límites de lo apropiadamente cristiano y moderado. Carlstadt estaba ahora en el vecindario de los tumultos anabaptistas, excitados por Muntzer. Él simpatizaba con ellos en algunas cosas, pero desaprobaba sus desórdenes. Lutero aprovechó esto al máximo”.13Vida de Lutero, p. 403. HSPDS 291.4
Es evidente que en esta lucha Lutero no ganó ninguna ventaja decisiva, aun en la estima de sus amigos. ¡El Elector de Sajonia interfirió y desterró a Carlstadt! D’Aubigné expone el caso así: HSPDS 291.5
“Él emitió órdenes para privar a Carlstadt de sus asignaciones, lo desterró, no solo de Orlamund, sino de los Estados de su electorado”.14D’Aubigné, Hist. de la Ref., libro x, pp. 314, 315. HSPDS 291.6
“Lutero no tuvo nada que ver con la severidad de parte del príncipe: era extraño a su disposición, y esto lo demostró él más tarde”.15Íd, Ib. HSPDS 291.7
Carlstadt, por mantener la doctrina ahora sostenida por casi todos los protestantes con respecto a la cena, y por negar la doctrina de Lutero de que Cristo estaba personalmente presente en el pan, fue reducido a un vagabundo sin hogar durante años. Su destierro ocurrió en 1524. Se describe así lo que siguió: HSPDS 291.8
“Desde esta fecha hasta 1534 él deambuló por toda Alemania, seguido por las opiniones perseguidoras tanto de Luteranos como de Papistas, y a veces reducido a grandes estrecheces por la indigencia y la impopularidad. Pero, aunque él siempre encontró simpatía y hospitalidad entre los anabaptistas, no obstante está claramente libre de complicidad con la rebelión de Muntzer. No obstante se le prohibió escribir, su vida a veces estuvo en peligro, y él exhibió el espectáculo melancólico de un hombre grande y recto en muchos aspectos, pero cuyo apresuramiento, ambiciones HSPDS 291.9
e insincero celo, junto con sus muchas opiniones fanáticas, lo puso bajo una censura bien fundada pero no moderada tanto de amigos como de enemigos”.16M’Clintock y Strong, Cyclopedia, t. ii, p. 123. HSPDS 292.1
Los hechos parecen desautorizar este lenguaje. No hay justicia en esta persecución de Carlstadt. Por un breve tiempo sostuvo algunas de estas ideas fanáticas, pero no las mantuvo más tarde. El mismo escritor habla algo más en el mismo tono: HSPDS 292.2
“No se puede negar que en muchos respectos él estuvo aparentemente adelantado a Lutero, pero su error yace en su apresuramiento para subvertir y abolir las formas y la pompa antes de que los corazones de la gente, y sin duda, el suyo propio, estuvieran preparados para un cambio interno. Las biografías de él son numerosas, y la Reforma sin duda le debe mucho de bueno por lo que no recibió crédito, ya que estuvo ensombrecido por el malestar que produjo”.17Íd. Ib. HSPDS 292.3
Aquí se exponen verdades importantes en relación con los servicios de Carlstadt, pero están conectados son sugerencias de males que no tienen suficiente fundamento en hechos. El Dr. Sears habla así del lenguaje amargo con respecto a él: HSPDS 292.4
“Por tres siglos, el carácter moral de Carlstadt ha sido tratado un tanto como si hubiera sido el de Lutero, si solo se hubiera escuchado el testimonio católico. El grupo interesado ha sido a la vez testigo y juez. ¿Qué pasaría si juzgáramos el carácter cristiano de Zwinglio por las representaciones de él de Lutero? La verdad es, que Carlstadt difícilmente mostró un espíritu peor, o empleó términos más abusivos hacia Lutero, que Lutero hacia él. Carlstadt sabía que en muchas cosas la verdad estaba de su lado; y no obstante, en éstas, no menos que en otras, él fue aplastado por el poder civil, que estaba del lado de Lutero”.18Vida de Lutero, p. 400. HSPDS 292.5
D’Aubigné habla de esta manera de la lucha entre estos dos hombres: HSPDS 292.6
“Cada uno se dirige en contra el error, que para él, parece más perjudicial, y al atacarlo, va –tal vez –más allá de la verdad. Pero admitido esto, todavía es cierto que ambos están en lo correcto en la manera dominante de pensar, y aunque están en diferentes huestes, los dos son grandes maestros y no obstante se encuentran bajo la misma bandera: la de Jesucristo, quien solo es la VERDAD en todo el sentido de la palabra”.19D’Aubigné, Hist. Ref., libro x, p. 312. HSPDS 292.7
D’Aubigné dice de ellos después que Carlstadt había sido desterrado: HSPDS 292.8
“Es imposible no sentir dolor al contemplar a estos dos hombres, una vez amigos, y ambos dignos de nuestra estima, airadamente opuestos”.20Íd., libro x, p. 315. HSPDS 292.9
Algún tiempo después del destierro de Carlstadt de Sajonia, él visitó Suiza. D’Aubigné habla del resultado de sus labores en ese país, y lo que Lutero le hizo: HSPDS 293.1
“Sus instrucciones pronto atrajeron la atención casi igual a la excitación que habían producido las anteriores tesis presentadas por Lutero. Suiza parecía casi ganada a su doctrina. Bucer y Capito también parece que adoptaron sus ideas. HSPDS 293.2
“Entonces fue la indignación de Lutero que se elevó a máximo; y él presentó uno de sus escritos controversiales más poderosos y más ULTRAJANTES, su libro ‘Contra los profetas celestiales’”21Hist. Ref., libro x, p. 315. HSPDS 293.3
El Dr. Sears también menciona las labores de Carlstadt en Suiza, y habla del libro injusto de Lutero: HSPDS 293.4
“La obra que él escribió contra él, la tituló: ‘El libro contra los profetas celestiales’. Esto era injusto; porque la controversia se relacionaba principalmente con el sacramento de la cena. En el sur de Alemania y en Suiza, Carlstadt encontró más adherentes que Lutero. Desterrado como un anabaptista, él fue recibido como un Zwingliano”.22Vida de Lutero, p. 403. HSPDS 293.5
El Dr. Maclaine cuenta algo que siguió, que es digno de la naturaleza mejor de ambos hombres ilustres: HSPDS 293.6
“Carlstadt, después de su destierro de Sajonia, compuso un tratado contra el entusiasmo en general, y contra las doctrinas extravagantes y procedimientos violentos de los anabaptistas en particular. Este tratado fue hasta dirigido a Lutero, quien fue tan afectado por él, que, arrepentido de su tratamiento indigno hacia Carlstadt, abogó en su favor, y obtuvo del elector un permiso para que él regresara a Sajonia”.23Mosheim, Hist. Ecles. libro iv, siglo 16, sec. 3, parte ii, párr. 22, nota. HSPDS 293.7
“Después de su reconciliación con Lutero, él compuso un tratado sobre la eucaristía, que está saturado con el espíritu más amigable de moderación y humildad; y habiendo usado los escritos de Zwinglio, donde él vio sus propios pensamientos sobre ese tema mantenidos con la mayor lucidez y fuerza de evidencias, él acudió por segunda vez a Zurich, y de allí a Basilea, donde fue admitido a los cargos de pastor y profesor de divinidad, y donde, después de haber vivido una práctica ejemplar y constante de todas las virtudes cristianas, él falleció, en medio de las demostraciones más cálidas de piedad y resignación, el 25 de diciembre de 1541”.24Íd. Ib. Du Pin hace una declaración casi igual, tomo 13, cap. 2, sec. 20, p. 103, año 1703. HSPDS 293.8
De la erudición de Carlstadt, y de su escrupulosidad, D’Aubigné cuenta lo siguiente: HSPDS 293.9
“‘Él estaba bien empapado’, dice el Dr. Scheur, ‘del latín, el griego y el hebreo’, y Lutero lo reconoció como su superior en saber. Dotado con grandes poderes mentales, él sacrificó a sus convicciones la fama, la condición, el país, y aún su pan”.25Hist. Ref., libro x, p. 315. HSPDS 293.10
Su carácter sabatario es atestiguado por el Dr. White, lord obispo de Ely: HSPDS 294.1
“La misma [la observancia del séptimo día] del mismo modo fue reavivada en el tiempo de Lutero por Carolastadius, Sternebergius, y por algunos sectarios entre los anabaptistas, ha sido censurada como judía y herética en ese tiempo y desde entonces”.26Tratado sobre el día sábado, p. 8. HSPDS 294.2
El Dr. Sears alude a la observancia del séptimo día de Carlstadt, pero como es bastante usual con los historiadores del primer día en tales casos, lo hace de manera como para dejar los hechos lo suficientemente oscuros como para ser pasados por alto sin observarlos por un lector corriente. Él dice: HSPDS 294.3
“Carlstadt difería esencialmente de Lutero con respecto al uso que había que hacer del Antiguo Testamento. Para él, la ley de Moisés todavía tenía validez. Lutero, por el contrario, tenía una fuerte aversión a lo que él llama una religión legal y judaizante. Carlstadt se aferraba a la autoridad divina del sábado del Antiguo Testamento: Lutero creía que los cristianos estaban libres para observar cualquier día como un sábado, siempre que fueran uniformes en observarlo”.27Vida de Lutero, p. 402. HSPDS 294.4
Sin embargo, tenemos la declaración de Lutero mismo respecto del concepto de Carlstadt sobre el sábado. Es de su libro “Contra los profetas celestiales”: HSPDS 294.5
“De hecho, si Carlstadt fuera a escribir más acerca del sábado, el domingo tendría que dejar su lugar, y el sábado, –es decir, Saturday [el séptimo día]– debería ser guardado como santo; él realmente nos haría judíos en todas las cosas, y deberíamos ser circuncidados; porque eso es cierto, y no puede negarse, que el que considera necesario guardar una ley de Moisés, y lo guarda como la ley de Moisés, debe considerar todos necesarios, y guardarlos todos”.28Citado en la Vida de Lutero en cuadros, p. 147, Filadelfia, J. W. Moore, 195 Chestnut Street. HSPDS 294.6
Los diversos historiadores que tratan de las dificultades entre Lutero y Carlstadt, hablan libremente de los motivos de cada uno. Pero de tales asuntos es mejor hablar poco; el día del juicio mostrará los corazones de los hombres, y debemos esperar hasta entonces. Sin embargo podemos hablar libremente de sus actos, y con propiedad podemos nombrar las cosas en las que cada uno hubiera beneficiado al otro. Los errores de Carlstadt en Wittemberg no fueron porque él rechazaba la ayuda de Lutero, sino porque él estaba privado de ella por la cautividad de Lutero. El error de Lutero en aquellas cosas en las que Carlstadt estaba en lo correcto fueron porque él veía mejor rechazar la doctrina de Carlstadt. HSPDS 294.7
1) El error de Carlstadt en la eliminación de las imágenes, la supresión de las misas, la abolición de los votos monásticos, o votos de celibato, y en dar el vino así como el pan en la cena, y en realizar el servicio en alemán en lugar del latín, si fue un error, fue más del tiempo que de doctrina. Si Lutero hubiera estado con él, probablemente todos hubieran sido postergados por algunos meses o tal vez algunos años. HSPDS 294.8
2) Carlstadt probablemente hubiera sido salvado por la presencia de Lutero de caer bajo la influencia de los profetas de Zwickau. Como sucedió, él aceptó por un período breve, no sus enseñanzas en general, sino de su doctrina de que la inspiración del Espíritu Santo en los creyentes hace que el saber humano sea vano y sin valor. Pero en ambas cosas Carlstadt se sometió a la corrección de Lutero. HSPDS 295.1
Si Lutero hubiera considerado a Carlstadt, él se hubiera beneficiado en los siguientes aspectos: HSPDS 295.2
1) En su celo por la doctrina de la justificación por la fe se hubiera salvado de la negación de la inspiración de la epístola de Santiago, y no la hubiera llamado “una epístola de paja”.29M’Clintock y Strong, t. ii, p. 123; Dr. A. Clarke, Comentario, prefacio a Santiago. HSPDS 295.3
2) En lugar de cambiar la transubstanciación, que es la doctrina romanista de que el pan y el vino en la cena llegaban a ser el cuerpo y la sangre literales de Cristo, por la consubstanciación, la doctrina que él fijó para la iglesia luterana de que la carne y la sangre de Cristo están realmente presentes en el pan y el vino, él habría dado a esa iglesia la doctrina de que el pan y el vino sencillamente representan el cuerpo y la sangre de Cristo, y se usan en conmemoración de su sacrificio por nuestros pecados. HSPDS 295.4
3) En lugar de aferrarse a cada cosa en la iglesia romanista no expresamente prohibida en la Biblia, él hubiera puesto a un lado todo lo que no tenía una aprobación real en ese libro santo. HSPDS 295.5
4) En lugar del festival católico del domingo, él habría observado y trasmitido a la iglesia protestante el antiguo sábado del Señor. HSPDS 295.6
Carlstadt necesitaba la ayuda de Lutero, y la aceptó. ¿No necesitaba Lutero la de Carlstadt? ¿No es el tiempo ahora de que Carlstadt sea vindicado del gran vilipendio arrojado sobre él por el grupo predominante? ¿Y no se habría hecho esto hace mucho tiempo si no fuera porque Carlstadt fue un sabatario decidido? HSPDS 295.7