Como pueblo elegido de Dios no podemos copiar las costumbres y prácticas del mundo, ni imitar la moda que en él impera. No se nos ha dejado en tal ignorancia que hayamos de conformarnos a los modelos que nos ofrece el mundo y contar con la apariencia para que nuestras empresas tengan éxito. El Señor nos ha dicho de dónde proviene nuestra fuerza: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Zacarías 4:6. Cuando lo juzga bueno, el Señor da a quienes guardan su Palabra poder para ejercer fuerte influencia en favor del bien. De hecho, ellos dependen de Dios, y a él tendrán que dar cuenta de la manera en que empleen los talentos que les confió. Deben comprender que son administradores de los bienes del Señor y que deben glorificar su nombre. CSI 271.1