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Seamos portadores de luz CSI 479

La reforma debe presentarse de continuo a la gente, y por nuestro ejemplo debemos vigorizar nuestra enseñanza. La verdadera religión y las leyes de la salud se relacionan estrechamente. Es imposible trabajar para la salvación de los hombres y mujeres sin presentarles la necesidad de romper con las complacencias pecaminosas que destruyen la salud, degradan el alma e impiden que la verdad divina impresione la mente. A hombres y mujeres debe enseñárseles a considerar cuidadosamente todo hábito y toda práctica, y a descartar inmediatamente todas las cosas que crean una condición malsana en el cuerpo y así ensombrecen la mente. Dios desea que sus portaluces sostengan siempre un alto ideal. Por el precepto y el ejemplo, deben tener su norma perfecta muy superior a la falsa norma de Satanás, que, si se la sigue, producirá miseria, degradación, enfermedad y muerte tanto para el cuerpo como para el alma. Los que han obtenido un conocimiento acerca de cómo comer, beber y vestirse en forma que conserve la salud, deben impartir ese conocimiento a otros. Predíquese a los pobres el evangelio de la salud desde el punto de vista práctico, para que ellos sepan cuidar debidamente del cuerpo que es templo del Espíritu Santo. CSI 479.3