Los tiempos se hacen más duros, y el dinero es difícil de obtener; pero Dios nos dará ocasión de alcanzar fuentes para nuestro propio pueblo. No puedo ver cómo alguien se oponga a la recepción de donativos de parte de aquellos que no son de nuestra fe. Sólo pueden ellos hacer esto asumiendo puntos de vista extremos, y creando problemas donde no están autorizados a hacerlo. Este es el mundo de Dios, y si Dios puede guiar a los agentes humanos, de tal manera que la tierra que ha estado en poder del enemigo nos sea transferida para que el mensaje sea proclamado en regiones lejanas, ¿bloquearán los hombres el camino con sus nociones estrechas? Tal tipo de espíritu concienzudo es cualquier cosa menos saludable. El Espíritu Santo nos induce a los hombres a seguir una conducta tal.—Testimonios para los Ministros, 212. CMC 196.1