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Palideciendo ante el diezmo retenido CMC 102

Muchísimas personas han perdido su espíritu de abnegación y sacrificio. Han estado enterrando su dinero en posesiones temporales. Hay hombres a quienes Dios ha bendecido y a quienes está probando para ver cómo responderán ante sus beneficios. Han retenido sus diezmos y sus ofrendas hasta que su deuda al Señor de los ejércitos ha llegado a ser tan grande que palidecen ante el pensamiento de devolver al Señor lo que es suyo: un diezmo justo. Apresuraos, hermanos, ahora que tenéis la oportunidad de ser honrados con Dios; no demoréis.—The General Conference Daily Bulletin, 28 de febrero de 1893. CMC 102.3