Se me mostró que los adventistas no carecían de recursos. El peligro mayor que corren en este momento está en su acumulación de recursos materiales. Algunos aumentan de continuo sus preocupaciones y labores; están sobrecargados. El resultado es que casi olvidan a Dios y las necesidades de su causa; están muertos espiritualmente. Se requiere de ellos que hagan un sacrificio a Dios, una ofrenda. Un sacrificio no aumenta, sino que disminuye y consume... Una gran parte de los bienes materiales poseídos por nuestro pueblo tan sólo representa un perjuicio para los que se aferran a ellos.—Testimonies for the Church 1:492. CMC 159.3