La escuela sabática debe ser un lugar donde se buscan las joyas de la verdad, se rescatan de su ambiente de error y se colocan en su verdadero marco dentro del cuadro del Evangelio. Preciosas gemas de verdad, que durante mucho tiempo se perdieron de vista, deben ser devueltas ahora a los hijos de Dios. Los temas de la justificación por la fe, la justicia de Cristo, deben ser presentados a nuestras escuelas, a fin de que los jóvenes y los niños puedan comprender estos temas importantes, y tanto los maestros como los alumnos puedan conocer el camino de la salvación. Principios sagrados y eternos relacionados con el plan de la salvación han estado durante largo tiempo perdidos de vista, pero deben ser devueltos a su lugar apropiado en el plan de salvación, aparecer en su luz celestial y penetrar las tinieblas morales que rodean al mundo. 2JT 560.1
A fin de hacer la voluntad de Dios, debemos escudriñar su Palabra para conocer su doctrina y dedicar a la tarea toda habilidad que se nos confió. Debemos ser diligentes en oración y fervientes mientras servimos con sencillez y de todo corazón a Dios. Los que se dedican a enseñar en la escuela sabática deben tener hambre y sed de la verdad divina, a fin de comunicar este espíritu a los que están bajo su cuidado e inducir a sus alumnos a buscar la verdad como un tesoro escondido. No queremos que nuestras escuelas sabáticas sean dirigidas de tal manera que hagan hipócritas de los alumnos; porque los tales no harían progresar los intereses de la verdadera religión. Por lo tanto, para que el Espíritu del Señor esté en vuestra escuela, dedicad más atención a buscar a Dios que a tener todos los dispositivos mecánicos deseables. Las altas exigencias están fuera de lugar en la obra de la escuela sabática, y el funcionamiento mecánico de la escuela es de poco valor si el Espíritu de Dios no enternece ni amolda los corazones de maestros y alumnos.*Ibid. 12, 13, 73. 2JT 560.2
Lamento decir que en algunas escuelas prevalece la costumbre de leer la lección del folleto. No debe hacerse así. No sería necesario, si el tiempo que se emplea con frecuencia innecesaria y hasta pecaminosamente, se dedicase al estudio de las Escrituras. No hay motivo para que los maestros y los alumnos de la escuela sabática aprendan las lecciones de ella menos perfectamente que las lecciones de la escuela diaria. Debieran aprenderlas mejor, pues tratan de temas infinitamente más importantes. La negligencia al respecto desagrada a Dios.*Ibid. 117, 118. 2JT 561.1
El objeto de la escuela sabática no debe perderse de vista en los arreglos mecánicos ni debe ocuparse en ellos tiempo que debiera dedicarse a otros asuntos importantes. Debemos precavernos siempre contra las formas y ceremonias que eclipsarán el verdadero objeto por el cual trabajamos. Existe el peligro de sistematizar las cosas a tal extremo que la escuela sabática producirá cansancio, cuando debiera ser un descanso, un refrigerio y una bendición. 2JT 561.2