Algunos no están dispuestos a hacer obra abnegada. Manifiestan verdadera impaciencia cuando se les insta a llevar alguna responsabilidad. 2JT 98.1
“¿Qué necesidad hay—dicen,—de un aumento de conocimiento y experiencia?” Esto lo explica todo. Se sienten ricos y enriquecidos, sin necesidad de ninguna cosa, mientras que el Cielo los declara pobres, miserables, cuitados y desnudos. El Testigo fiel les dice: “Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.” Apocalipsis 3:18. Vuestra misma complacencia propia demuestra que lo necesitáis todo. Estáis espiritualmente enfermos, y necesitáis a Jesús como vuestro médico. 2JT 98.2
En las Escrituras hay miles de gemas de la verdad que yacen escondidas para el que busca en la superficie. La mina de la verdad no se agota nunca. Cuanto más escudriñéis las Escrituras con corazón humilde, tanto mayor será vuestro interés, y tanto más os sentiréis con deseo de exclamar con Pablo: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Romanos 11:33. 2JT 98.3
Cada día debéis aprender algo nuevo de las Escrituras. Escudriñadlas como si buscarais tesoros ocultos, porque contienen las palabras de vida eterna. Orad por sabiduría y entendimiento para comprender estos escritos sagrados. Si lo hacéis, hallaréis nuevas glorias en la Palabra de Dios; sentiréis que habréis recibido luz nueva y preciosa sobre asuntos relacionados con la verdad, y las Escrituras recibirán constantemente nuevo valor en vuestra estima. 2JT 98.4
“Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy presuroso.” Sofonías 1:14. Jesús dice: “He aquí, yo vengo presto.” Apocalipsis 22:12. Debemos tener siempre presentes estas palabras, y obrar como quienes creen de veras que la venida del Señor se acerca, y que somos peregrinos y advenedizos en la tierra. Las energías vitales de la iglesia de Dios deben ser puestas en activo ejercicio para el gran objeto de la renovación propia; cada miembro debe ser agente activo de Dios. “Por él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios; edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo; en el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo para ser un templo santo en el Señor: en el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu.” Efesios 2:18-22. Esta es una obra particular, que debe ser llevada a cabo con toda armonía, unidad de espíritu, y vínculos de paz. No debe darse cabida a las críticas, las dudas y la incredulidad. 2JT 99.1