¿Por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? Lucas 19:23. ATO 289.1
Toda nuestra vida es preciosa y cada acción debe tenerse en cuenta. Se nos ha otorgado para que podamos cumplir una tarea que el Señor reconocerá como buena, y que durará por la eternidad si nos aferramos a ella con el espíritu correcto. Es muy solemne vivir de acuerdo con el informe que debemos rendirle a Dios de nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestra influencia... ATO 289.2
En el uso de los talentos confiados, ningún hombre es llamado por Dios para dejar a un lado su responsabilidad individual para que otro hombre realice la tarea en su lugar. El Señor le ha asignado a cada hombre su tarea, y el hombre es responsable ante El con respecto de cómo se realiza la obra... ATO 289.3
No se nos llama para que rindamos cuenta de nuestros talentos al hombre sino a Dios. Nuestra mente, nuestro juicio, nuestro tacto, nuestra sabiduría: todos nos han sido dados por Dios, para que las mejoremos para El; y es el Altísimo quien nos llamará a dar razón de la forma en que hayamos empleado sus dones... ATO 289.4
El lapso de la vida está plagado de tentaciones, y sólo por medio de la fe en Jesucristo hallaremos gracia para ayudarnos en todo tiempo de necesidad. Pero cada obrero tiene una vida que vivir, un carácter que formar. Cada período de vida trae con el correr de los años algunas oportunidades especiales para trabajar; y cada año que pasa debe utilizarse y mejorarse, haciendo todo lo humanamente posible. Esto, con la ayuda de los agentes divinos, mostrará el perfeccionamiento, progreso hacia adelante y arriba, andando paso a paso en un sendero seguro en dirección al cielo. ATO 289.5
Cada día, cada hora de vida, desde la infancia hasta la juventud, desde la juventud hasta la adultez, y de allí en adelante hacia la senectud, la historia de nuestra vida se registra fielmente en los libros del cielo como la placa fotográfica del artista refleja los rasgos de la persona que está posando. Cada día, cada hora trae consigo ventajas que el agente humano debe aumentar. No podemos permitirnos perder un momento efectuando una tarea descuidada para el Señor. Debemos usar los talentos que se nos han confiado con lealtad, para que nuestra obra ferviente, honesta, pura y limpia glorifique a Dios. El no aceptará nada inferior. Nuestra obra en este mundo ha de revelar los puros principios que existen en el cielo. Este es el único tipo de trabajo que será reconocido en las cortes de los cielos, y que el Señor aceptará como limpio y santo.—Manuscrito 28, del 4 de octubre de 1896, “A quienes están relacionados con la publicación de Mount of Blessing [El discurso maestro de Jesucristo]”.*Año bíblico: Malaquías 3, 4. ATO 289.6