En la voz de los raudos huracanes,
en el plácido arroyo, en el torrente,
en el fuego, en la llama, en los volcanes:
Allí, gran Dios, mi corazón te siente. HHD 377.1
En los vergeles del florido mayo,
en los dulces acordes de la lira,
en la lluvia, en el trueno y en el rayo:
Allí, gran Dios, mi corazón te admira. HHD 377.2
En el aroma que a los cielos sube,
en el árbol que erguido se levanta,
en la sombra, en el astro y en la nube:
Allí, gran Dios, mi corazón te canta. HHD 377.3
En los trémulos rayos de la lumbre,
en el ósculo suave de la aurora,
en la hondura, en el llano y en la cumbre:
Allí, gran Dios, mi corazón te adora. Fr. Faustino Martínez HHD 377.4