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Sed de Dios HHD 381

Salmos 42:1, 2.

Cruza el ciervo por valles soleados,
y al cruzar enloquecido la arboleda,
van quedando los árboles tronchados
en tanto que la sed le desespera. HHD 381.1

Es la hora sofocante de la tarde
y al sentir del calor el beso ardiente,
el ciervo brama y en locura arde
buscando de las aguas la corriente. HHD 381.2

Hoy también mi alma enloquecida,
cruza el valle soleado de la vida
sintiendo sed de Dios que la devora. HHD 381.3

Y como brama el ciervo en su carrera,
buscando la corriente en la pradera,
te busco mi Señor, en esta hora. Raúl Villanueva. HHD 381.4