¿Y qué es creer? Es aceptar plenamente que Jesucristo murió como nuestro sacrificio; que El se hizo maldición por nosotros, que tomó nuestros pecados sobre sí mismo, y nos imputó su propia justicia. Por eso reclamamos esta justicia de Cristo, creemos en ella, y es nuestra justicia. El es nuestro Salvador. Nos salva porque dijo que lo haría. ¿Hemos de participar en todas las discusiones en cuanto a cómo puede salvarnos? ¿Tenemos en nosotros mismos la bondad que nos hará mejores y que nos limpiará de las manchas y las tachas del pecado, habilitándonos entonces para acudir a Dios? Nosotros simplemente no podemos hacerlo. FO 70.3
¿No saben que cuando el joven rico se acercó a Cristo y le preguntó qué debía hacer para tener la vida eterna, Cristo le dijo que guardara los mandamientos? El joven contestó: “Todo esto lo he guardado”. Pero el Señor quería que entendiera que esta lección se aplicaba a él. “¿Qué más me falta?” Mateo 19:20. No percibía que había algo que se refería a él, o por qué no había de tener la vida eterna. “Lo he guardado”, dijo. Ahora Cristo toca el punto débil de su corazón. Dice: “Ven, sígueme, y tendrás vida”. FO 70.4
¿Qué hizo el joven? Se alejó muy triste, porque tenía muchas posesiones. FO 71.1
Ahora bien, él no había guardado los mandamientos en absoluto. Debería haber aceptado a Jesucristo como su Salvador, y haberse asido de su justicia. Entonces, al poseer la justicia de Cristo, hubiera podido guardar la ley de Dios. El joven magistrado no podía hollar la ley. Debía respetarla; debía amarla. Entonces Cristo habría aportado el poder divino para combinarlo con los esfuerzos humanos. FO 71.2
Cristo tomó sobre sí la humanidad por nosotros. Revistió su divinidad, y la divinidad y la humanidad se combinaron. Mostró que la ley que Satanás declaró que no podía guardarse, sí podía guardarse. Cristo tomó la humanidad para estar aquí en nuestro mundo, a fin de mostrar que Satanás había mentido. Tomó la humanidad sobre sí para demostrar que con la divinidad y la humanidad combinadas, el hombre podía guardar la ley de Jehová. Si separan la humanidad de la divinidad, ustedes pueden tratar de labrar su propia justicia desde ahora hasta que Cristo venga, y no lograrán otra cosa que un fracaso. FO 71.3
Mediante una fe viva, por medio de la ferviente oración a Dios y dependiendo de los méritos de Jesús, somos revestidos con su justicia, y somos salvados. “Oh, sí -dicen algunos-, somos salvados sin hacer nada. En realidad, soy salvo. No necesito guardar la ley de Dios. Soy salvo por la justicia de Cristo Jesús”. Cristo vino a nuestro mundo a fin de llevar a todos los hombres de regreso a la lealtad a Dios. Tornar la posición de que puedes quebrantar la ley de Dios, porque Cristo lo ha hecho todo, es una posición de muerte, porque tú eres tan ciertamente un transgresor como cualquiera. FO 71.4
¿Entonces qué es? Es oír y ver que con la justicia de Cristo que ases por fe, la justicia provista por los esfuerzos de Cristo y por su poder divino, puedes guardar los mandamientos de Dios. FO 72.1