Créanlo porque es la verdad, porque Dios lo dice, y confíen en la sangre meritoria de un Salvador crucificado y resucitado. El es su única esperanza, su justicia, su Sustituto y Garante, su todo en todos. Cuando ustedes comprenden eso, sólo pueden traerle una ofrenda de alabanza. Pero cuando no están dispuestos a allegarse a Cristo y reconocer que El lo hace todo, cuando sienten que primero tienen que dar algunos pasos y avanzar hasta cierto punto, y que entonces Dios les saldrá al encuentro, eso es exactamente como la ofrenda de Caín. El no conoció a Jesús, y no comprendió que la sangre de Jesús podía limpiar sus pecados y hacer su ofrenda aceptable a Dios. Hay más de un Caín, con ofrendas espurias y sacrificios impuros, sin la sangre de Jesús. Ustedes deben acudir a Jesucristo a cada paso. Con la sangre de Jesús y su poder purificador, presenten sus peticiones a Dios, oren a El con fervor, y estudien sus Biblias como nunca antes. FO 77.3
La pregunta es: “¿Qué es verdad?” No son los muchos años que uno haya creído algo, los que hacen que esa creencia sea la verdad. Ustedes deben comparar su credo con la Biblia, y permitir que la luz de la Biblia defina su credo y les muestre en qué es insuficiente y dónde está la dificultad. La Biblia debe ser su estandarte, los oráculos vivientes de Jehová deben ser su guía. Deben excavar en busca de la verdad como por tesoros escondidos. Tienen que descubrir dónde está el tesoro, y entonces remover cada pulgada de ese terreno para obtener las joyas. Tienen que laborear las minas de la verdad en busca de nuevas gemas, de nuevos diamantes, y los hallarán. FO 78.1
Ustedes saben lo que ocurre con el poder papal. La gente no tiene el derecho de interpretar por sí misma las Escrituras. Alguna otra persona debe interpretar las Escrituras para ellos. ¿No tienen ustedes mente? ¿No tienen razonamiento? ¿No ha dado Dios juicio a la gente común tanto como a los sacerdotes y magistrados? Cuando Cristo, el Señor de vida y gloria, vino a nuestro mundo, si lo hubieran conocido, nunca lo habrían crucificado. Dios les había dicho que escudriñaran las Escrituras: “A vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Juan 5:39. FO 78.2
Dios nos ayude a ser estudiantes de la Biblia. Hasta que puedas ver la razón por ti mismo y un “así dice el Señor” en las Escrituras, no confíes a hombre alguno la tarea de interpretar la Biblia para ti. Y cuando puedas ver esto, lo comprendes por ti mismo, y sabes que es la verdad de Dios. Dirás: “Lo he leído, lo he visto, mi propio corazón lo hace suyo, y es la verdad que Dios me ha hablado por medio de su Palabra”. Ahora bien, esto es lo que debemos ser: cristianos individuales. Necesitamos tener una experiencia individual, personal. Necesitamos ser convertidos, como lo necesitaban los judíos. Si ves una lucecita, no debes retroceder y decir: “Aguardaré hasta que mis hermanos la hayan visto”. Si lo haces, continuarás en las tinieblas. FO 79.1
Dios nos ayude a tener un conocimiento de la verdad, y si has visto la verdad de Dios, prosigue hacia la luz y deja las barreras detrás de ti. No hagas de la carne tu brazo, mas ten una experiencia viviente por ti mismo, y entonces tu rostro resplandecerá con la gloria de Dios. Has caminado con El, y El te ha sostenido. Has luchado y alegado con El, y El ha hecho resplandecer su luz sobre ti. FO 79.2