Go to full page →

Han de evitarse la crítica y la mordacidad COES 188

Directores, no regañéis ni os quejéis nunca delante de vuestros maestros o alumnos. Si queréis influir para bien en la escuela, dejad a un lado el látigo y ejerced una influencia inspiradora, celestial, que hará que las mentes de todos os sigan. Al formular planes y reglamentos para la escuela, haced que ellos representen, hasta donde sea posible, la voz de la escuela. En algunas escuelas reina un espíritu mordaz y criticón. Se presta mucha atención a las formas y reglamentos, al paso que se descuidan los asuntos más importantes: la misericordia y el amor de Dios. Estén todos alegres. Si algunos tienen sus almas envueltas en nubes, salgan a la luz del sol antes de entrar en la escuela sabática. Una madre que está continuamente dando expresión a su desaliento, y quejándose delante de sus hijos de la falta de aprecio de los mismos, no puede tener dominio sobre ellos. Así será con vosotros, directores y maestros. Si veis una falta en este sentido, no aminoréis vuestra influencia hablando de ella; antes bien, de una manera sosegada, poned en juego influencias que corrijan el mal. Haced planes, estudiad cómo lograr una escuela bien organizada y disciplinada.—Testimonies on Sabbath-School Work, 16-19. COES 188.2