Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:29, 30. AFC 121.5
El tentador con frecuencia nos sugiere que la vida cristiana es una extorsión de deberes rigurosos; que es difícil estar continuamente en guardia, y que no hay necesidad de ser tan exigente. Así fue como engañó y venció a Eva en el Edén, diciéndole que las órdenes de Dios eran arbitrarias e injustas... El propósito de Satanás es el mismo ahora y entonces. Desea engañarnos y arruinarnos. Debiéramos estudiar la vida de Cristo y procurar fomentar su espíritu y copiar su ejemplo; y mientras más nos volvamos como él, más claramente discerniremos las tentaciones de Satanás y con más éxito resistiremos su poder... AFC 121.6
La verdadera felicidad no se encuentra en la gratificación propia y en la complacencia propia, sino en aprender de Cristo, en tomar su yugo y llevar su carga. Los que confían en su propia sabiduría y siguen sus propios caminos, se van quejando a cada paso, porque la carga que el egoísmo les impone es muy pesada y su yugo muy irritante. Podrían cambiar todo eso si vinieran a Jesús, y por su gracia se despojaran del yugo que los ata a Satanás... si tomaran la carga que Cristo les da y tomaran su yugo en un servicio voluntario y feliz. Jesús ama a los jóvenes, y anhela que posean esa paz que solo él puede impartir... Si nos hemos convertido en discípulos de Cristo, aprenderemos de él, cada día aprenderemos cómo vencer algún rasgo de carácter detestable, cada día copiaremos su ejemplo y nos acercaremos un poco más al Modelo. Si alguna vez hemos de heredar esas mansiones que él ha ido a prepararnos, aquí debemos estar formando caracteres tales como los de los moradores de allí.—The Youth’s Instructor, 21 de noviembre de 1883. AFC 122.1
Los requisitos de Dios son hechos con sabiduría y bondad. Al obedecerlos, la mente se expande, mejora el carácter.—The Youth’s Instructor, 7 de mayo de 1884. AFC 122.2