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Necesidades de la Iglesia en Cristianía EGWE 227

Había llegado el momento de volver a usar las “tijeras” en Cristianía. En una de las cartas que escribió a los creyentes después de su visita anterior, señaló dos razones por las cuales la iglesia estaba desmoralizada: “El descuido en la observancia correcta del sábado, y una actitud tolerante hacia los entrometidos. Aquí hay charlatanes—escribió—que tienen la lengua encendida con el fuego del infierno”.—Manuscrito 57, 1886. EGWE 227.5

La Sra. de Oyen le había escrito a Elena G. de White en abril, expresándole su desesperación ante la situación. “A veces pienso que algunos miembros de esta iglesia no tienen corazón, y que sólo disfrutan encontrando faltas en los demás y abusando de ellos” (carta de la Sra. A. B. de Oyen, 11 de abril de 1886). A principios de mayo, el pastor Oyen informó que había recibido un testimonio de Elena G. de White y lo leyó a la iglesia. Algunas personas respondieron favorablemente a ese testimonio. El Sr. L. Hansen, el contratista que estaba quebrantando el sábado, admitió que había estado errado y resolvió mejorar en el futuro. Pero otros, informó el pastor Oyen, se mantuvieron silenciosos y ofendidos. EGWE 228.1

El hombre que había lanzado la idea de que las fotografías violaban el segundo mandamiento, se negó a aceptar el testimonio de Elena G. de White. Inmediatamente después que concluyó la reunión, invitó a algunos hermanos descontentos a su casa. Oyen no se enteró de lo que se habló allí, pero escribió lo siguiente: “Su ocupación principal, hasta ahora, parece ser criticar y encontrar faltas en todo lo que hace la iglesia” (carta de A. B. Oyen, 2 de mayo de 1886). EGWE 228.2

La Sra. de White había presenciado antes situaciones similares en Norteamérica, incluso en la iglesia central de Battle Creek. Y tuvo que presentar un fuerte testimonio. Véase Testimonies for the Church 1:526-528. En su libro La Educación, publicado en 1903, aparecen las observaciones más desoladoras acerca de los terribles resultados de la crítica injusta: EGWE 228.3

“Nos horrorizamos al pensar en el caníbal que come con deleite la carne aún caliente y temblorosa de su víctima, pero ¿son los resultados de esta práctica más terribles que la agonía y la ruina causadas por el hábito de falsear los motivos, manchar la reputación y disecar el carácter?” (pág. 231). EGWE 228.4