He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Éxodo 23:20. DNC 63.1
Todo el cielo está empeñado en la obra de preparar un pueblo que permanezca firme en el día del Señor. Es evidente que la relación que hay entre el cielo y la tierra es muy estrecha... DNC 63.2
Los seres celestiales aguardan con fervor casi impaciente la oportunidad de hacernos conocer a Dios, para que podamos colaborar con ellos al presentar a Jesús, el Redentor del mundo, lleno de gracia y de verdad... DNC 63.3
La primera lágrima de arrepentimiento crea gozo entre los ángeles de los atrios celestiales. Los mensajeros angélicos están listos para volar a socorrer al alma que busca a Jesús... DNC 63.4
Grandes y gloriosas cosas ha preparado Dios para quienes lo aman. Los ángeles esperan con ansiosa expectativa el momento en que se decidirá el triunfo definitivo del pueblo de Dios, ocasión en que los serafines y querubines y “millones de millones” elevarán los himnos de los bienaventurados y celebrarán los triunfos de las hazañas mediadoras que permitieron la restauración del hombre. DNC 63.5
Jesús calculó el costo de la salvación de cada hijo e hija de Adán. Tomó generosas medidas a fin de que, en caso de estar dispuestos a cumplir las condiciones impuestas, nadie tuviera que perecer, sino que pudiera poseer la vida eterna... Cada ser celestial labora como agente del Señor en la tarea de ganar al hombre para Dios. DNC 63.6
Los ángeles de gloria hallan su gozo en dar... amor y cuidado incansable a las almas que están caídas y destituidas de santidad. Los seres celestiales desean ganar el corazón de los hombres; traen a este oscuro mundo luz de los atrios celestiales; por un ministerio amable y paciente, obran sobre el espíritu humano, para poner a los perdidos en una comunión con Cristo aun más íntima que la que ellos mismos pueden conocer.*Año bíblico: Números 35-36. DNC 63.7