Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. 2 Corintios 6:2. ELC 348.1
Ahora, precisamente ahora, es nuestro tiempo de gracia, en que nos hemos de preparar para el cielo. Cristo dio su vida para que pudiésemos tener este tiempo de gracia. Pero en tanto el tiempo dure, Satanás se esforzará por dominarnos. Obra con poder para llevar a los hombres a quedar absortos en el logro de dinero. Idea muchas clases de entretenimientos a fin de que sus mentes puedan estar ocupadas con los placeres mundanos. Quisiera hacernos olvidar todo lo que atañe al adorno interior—el adorno de un espíritu humilde y tranquilo—que a la vista de Dios es de gran precio. Está decidido a que todo momento sea colmado con esfuerzos para cumplir proyectos ambiciosos, o para entretener y satisfacer el yo. Está decidido a que el hombre no halle tiempo para estudiar la Palabra de Dios ni para comprender que ha sido comprado con precio, aunque éste sea la sangre del Hijo de Dios. ELC 348.2
Satanás emplea su influencia para ahogar la voz de Dios y la de la conciencia; y el mundo obra como si estuviera bajo su control. Los hombres lo han escogido como su líder... Infatuados con proyectos para los deleites y la diversión, se esfuerzan por lo que ha de perecer con el tiempo... ELC 348.3
Las señales de los tiempos, de rápido cumplimiento, declaran que el gran día del Señor está sobre nosotros ...—Manuscrito 161, 1897. ELC 348.4
Cristo está pronto para libertarnos del pecado, pero no fuerza la voluntad; y si por la persistente transgresión la voluntad misma se inclina enteramente al mal, y no deseamos ser libres, si no queremos aceptar la gracia, ¿qué más puede hacer? Hemos obrado nuestra propia destrucción por nuestro deliberado rechazamiento de su amor.—El Camino a Cristo, 36. ELC 348.5