Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16, 17. ELC 135.1
En la Palabra de Dios están todos los requisitos para el perfeccionamiento del hombre de Dios. Es como una tesorería llena de mercadería valiosa y preciosa, pero no apreciamos sus riquezas ni nos damos cuenta de la necesidad de investigar las Escrituras por nosotros mismos. Muchos descuidan el estudio de la Palabra de Dios para atender intereses seculares o para gozar de placeres efímeros... Oh, bien podríamos dejar a un lado todo lo que sea de carácter terreno antes que la investigación de la Palabra de Dios que puede hacernos sabios para vida eterna. ELC 135.2
“Inspirada por Dios”, puede “hacer sabio para la salvación” (vers. 15), haciendo al “hombre de Dios ... perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”—el Libro de los libros tiene el máximo derecho a nuestra reverente atención... ELC 135.3
En la búsqueda de las verdades reveladas por el cielo, el Espíritu de Dios es puesto en la íntima relación con el sincero investigador de las Escrituras. La comprensión de la voluntad revelada de Dios ensancha la mente, la expande, la eleva y la dota de nuevo vigor, poniendo sus facultades en contacto con la maravillosa verdad... ELC 135.4
La Biblia da al verdadero investigador de la verdad una avanzada disciplina mental y él sale de la contemplación de las cosas divinas con sus facultades enriquecidas; el yo es humillado mientras Dios y su verdad revelada son exaltados. Es debido a que los hombres no se relacionan con las preciosas historias de la Biblia porque hay tanto ensalzamiento del hombre y se honra tan poco a Dios.—The Signs of the Times, 30 de enero de 1893. ELC 135.5