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Eterna salvación para sus hijos, 17 de julio FV 206

Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable: Por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Hebreos 7:24, 25. FV 206.1

“Cristo ofreció su cuerpo quebrantado para comprar de nuevo la herencia de Dios, a fin de dar al hombre otra oportunidad. Cristo intercede por la raza perdida mediante su vida inmaculada, su obediencia y su muerte en la cruz del Calvario. Y ahora, no como un mero suplicante, intercede por nosotros el Capitán de nuestra salvación, sino como un Conquistador que reclama su victoria. Su ofrenda es completa, y como Intercesor nuestro ejecuta la obra que él mismo se señaló, sosteniendo delante de Dios el incensario que contiene sus méritos inmaculados y las oraciones, las confesiones y las ofrendas de agradecimiento de su pueblo. La ofrenda se hace completamente aceptable, y el perdón cubre toda transgresión. FV 206.2

“Cristo se entregó a sí mismo para ser nuestro sustituto y nuestra seguridad, y no descuida a nadie.... El que mediante su propia expiación proveyó para el hombre un caudal infinito de poder moral, no dejará de emplear ese poder en nuestro favor. Podemos llevar nuestros pecados y tristezas a sus pies, pues él nos ama.... El conformará y modelará nuestro carácter de acuerdo con su propia voluntad. FV 206.3

“Todas las fuerzas satánicas no tienen poder para vencer a un alma que con fe sencilla se apoya en Cristo. ‘El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.’”—Sketches From the Life of Paul, 144, 145. FV 206.4