El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido. 2 Timoteo 2:24. RJ 292.1
Los que están verdaderamente conectados con Dios no vivirán en disputa los unos con los otros. El espíritu de armonía, paz y amor, el Espíritu de Dios obrando en sus corazones, creará armonía, amor y unidad. Lo contrario a esto obra en los hijos de Satanás; hay en ellos una continua discordancia. Contiendas y envidias y celos son los elementos imperantes. La característica del cristiano es la mansedumbre de Cristo. Benevolencia, bondad, misericordia y amor se originan en la Sabiduría infinita, mientras que lo opuesto es el fruto profano de un corazón que no está en armonía con Jesucristo... RJ 292.2
¡Qué obra es ésta—la educación de los hijos!... Si los padres hubieran estudiado más de Cristo y menos del mundo, si se hubieran ocupado menos de imitar las costumbres y modas de la era presente, y hubiesen dedicado tiempo y concienzudo esfuerzo a modelar las mentes y los caracteres de sus hijos a semejanza del Modelo divino, entonces podrían enviarlos con integridad moral a ser conducidos en las ramas de la educación a fin de que se capaciten para cualquier posición de confianza... RJ 292.3
La cosecha es nuestra, para segar lo que hemos sembrado. Si siembran envidia, desconfianza, celos, amor propio, amargura de pensamiento y sentimientos, ciertamente recogerán esta cosecha. Será una siembra de contiendas mutuas, para cosechar lo mismo. RJ 292.4
Si manifiestan bondad, amor, tierna consideración por sus alumnos, segarán lo mismo en respuesta. Si los maestros son severos, críticos, dominantes, insensibles a los sentimientos de los demás, recibirán lo mismo en devolución. Un hombre que desea preservar su respeto propio y su dignidad debe ser cuidadoso en no sacrificar el respeto y la dignidad de otros. Esta regla debería ser religiosamente observada con los estudiantes más torpes, los más jóvenes y los más alocados. RJ 292.5
Lo que Dios hará con estos jóvenes aparentemente poco interesantes, ustedes no lo saben. Dios ha aceptado y escogido, en el pasado, justamente tales individuos para hacer una gran obra por El. La operación de su Espíritu sobre el corazón ha obrado como una batería eléctrica, impulsando las facultades aparentemente adormecidas a una acción vigorosa y perseverante. El Señor vio en estas piedras toscas, sin atractivo, primitivas, metal precioso que resistirá la prueba de la tormenta y la tempestad y las fieras ordalías del calor. Dios no mira lo que el hombre mira; Dios no juzga como juzga el hombre—El escudriña el corazón... RJ 292.6
Debe inculcarse a los miembros más jóvenes de la familia del Señor que son creados a la imagen de su Hacedor, y que su espíritu debe representar al Espíritu de Cristo.—Manuscrito 2, de 1881. RJ 292.7