Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 5:1. RJ 106.1
Temo por nuestras iglesias. Tiemblo delante de Dios por causa de ellas. Tenemos luz en las Escrituras, y se nos tomará en cuenta toda la luz que no es atesorada... RJ 106.2
Se necesita el poder del Espíritu Santo para ahuyentar nuestro descreimiento y nuestros atributos no semejantes a Cristo. Debemos captar nuestra necesidad de un médico. Estamos enfermos, y no lo sabemos. ¡Qué el Señor convierta los corazones de sus obreros! Cuando hay un ministerio convertido, entonces espere resultados. Pero no podemos convertir nuestros propios corazones. Esta obra puede ser hecha sólo por el poder del Espíritu Santo. En cada nivel de la obra recuérdese esto: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Zacarías 4:6. RJ 106.3
Cristo ha prometido enviarnos el Consolador, cuya obra es establecer el reino de Dios en el alma. Si se han hecho abundantes provisiones de misericordia, gracia y paz, ¿por qué los seres humanos actúan como si consideraran la verdad como un yugo de esclavitud? Es porque el corazón no ha probado ni visto cuán bueno es el Señor. Algunos piensan que la verdad de la Palabra de Dios es una cadena. Pero es la verdad la que libera a los hombres. Por consiguiente, si la verdad nos hace libres, somos realmente libres. La verdad aparta al hombre de sus pecados, de sus tendencias heredadas y cultivadas hacia el mal. El alma que aprecia el amor de Cristo es colmada de libertad, luz y gozo. En un alma así no hay pensamientos divididos. El ser entero anhela a Dios. No va tras los hombres para conocer su deber sino a Cristo, la fuente de toda sabiduría. Busca la Palabra de Dios para encontrar las normas que debe alcanzar. RJ 106.4
¿Podremos encontrar alguna vez algún guía más seguro que Jesús? La verdadera religión consiste en estar bajo la conducción del Santo en pensamiento, palabra y obra. El, que es el camino, la verdad y la vida, toma al buscador humilde, ferviente, completamente entregado, y le dice: “Sígueme”. Lo conduce por el estrecho sendero hacia la santidad y el cielo. Cristo abrió este sendero para nosotros a gran costo para sí mismo, y no somos abandonados en nuestros caminos oscuros para que tropecemos. Jesús está a nuestra diestra, proclamando: Yo soy el camino; y todos los que decidan seguir al Señor serán guiados en el sendero real preparado para que los rescatados del Señor caminen por él... RJ 106.5
¿Qué clase de vasos son los adecuados para el uso del Maestro? Vasos vacíos. Cuando vaciamos el alma de toda contaminación, estamos listos para ser usados... Cuando la mente y el corazón son operados por el Espíritu, cuando el yo está muerto, la verdad es capaz de expandirse y desarrollarse constantemente.—The Review and Herald, 28 de febrero de 1899. RJ 106.6