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El médico y su esposa MM 183

En la obra médica misionera que se debe hacer, las mujeres deben dar tratamiento a las mujeres. Un hombre y su esposa, que ambos sean médicos, pueden lograr un gran bien al trabajar unidos. La esposa puede visitar a otras mujeres, y cuando estén enfermas y dolientes, puede consultar a su esposo en cuanto al mejor método para ayudarlas. Debemos tener más mujeres médicas de lo que ahora tenemos. Cuando las mujeres enfermas son tratadas y cuidadas por mujeres, se cierra una puerta por la cual Satanás trata de entrar. Se me han presentado muchos casos en los que Satanás ha entrado por esta puerta para arruinar a las familias. No permitamos que él obtenga ninguna ventaja en punto alguno. MM 183.3

Yo quisiera que todos entendieran este asunto. Debe haber en nuestros sanatorios mujeres médicas que puedan estar al lado de sus esposos, que puedan examinar a otras mujeres y proveerles tratamiento. Muchas más mujeres sensatas y completamente convertidas deben llegar a ser médicas inteligentes. MM 183.4

Se me instruye que nuestros sanatorios deben tener tanto mujeres como hombres médicos.—Carta 108, 1910. MM 184.1