Algunos que poseen influencia y que aparentemente obran a favor del interés del sanatorio, incitan por su propia conducta un menosprecio hacia las reglas y el orden; y la influencia de tales personas propende a animar la insubordinación, especialmente en lo que concierne al noviazgo y el matrimonio. Las partes no están preparadas para cumplir sus deberes; viven una vida irreal, sumergidas en visiones de gozo demasiado altas y románticas, y en su deseo por agradarse mutuamente llegan a ser infieles. MM 184.3
Las ideas en torno al noviazgo tienen su fundamento en conceptos erróneos referentes al matrimonio. Siguen el impulso y la pasión ciega. El noviazgo se basa en un espíritu de flirteo. Las partes violan con frecuencia, las reglas de modestia y de reserva, y son culpables de indiscreción si es que no quebrantan la ley de Dios. No se discierne el propósito elevado, noble y loable de Dios en la institución del matrimonio; por lo tanto, no se desarrollan los afectos más puros del corazón ni los rasgos de carácter más nobles. MM 184.4
Usted no debe proferir una sola palabra, ni realizar una sola acción que no esté dispuesto a que los santos ángeles contemplen y registren en los libros arriba. Debe estar completamente dispuesto a dar gloria a Dios. El corazón debe tener solamente un afecto puro y aprobado, digno de los seguidores de Jesucristo, exaltado en su naturaleza y más celestial que mundano. Cualquier cosa diferente de esto es baja y degradante en el noviazgo; y el matrimonio no puede ser santo y honorable a la vista de un Dios puro y santo a menos que esté fundado sobre los elevados principios de las Escrituras. MM 185.1