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Esfuerzos diarios en la ganancia de almas MM 249

Nuestra fe en las realidades eternas es débil y nuestro sentir del deber es pequeño, en vista de las oportunidades que tenemos para dirigir las almas al Salvador como nuestra única esperanza. No debemos ser fríos e indiferentes con relación a ofrecer remedios eficaces para la curación del alma. Nuestro deber es hacer que la verdad se conozca, no en nuestra propia fuerza, sino en la fe fuerte, en la seguridad y la confianza que Dios imparte. MM 249.2

No debe permitirse que pase un día en nuestros sanatorios sin que se haga algo para la salvación de las almas. Debemos ofrecer oraciones especiales por los enfermos, tanto al estar con ellos, como alejados de su presencia. Entonces, cuando inquieran por el remedio para el pecado, nuestra propia alma, suavizada por el Espíritu Santo, estará radiante con un deseo de ayudarlos a ofrecer el corazón a Dios... MM 249.3