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El chisme MM 279

Hay algunos, tanto hombres como mujeres, que chismean más de lo que oran. No poseen un claro discernimiento espiritual. Están lejos de Dios. Cuando hablan con los pacientes, su actitud parece decir, infórmeme que yo informaré. MM 279.2

A los auxiliares que sigan esta conducta se los debe reprender y ayudar. Y si se niegan a cambiar su proceder, que sean despedidos. Si se les permite continuar en la institución, ocasionarán situaciones que separarán a Cristo del establecimiento. Es mucho mejor despedir a los obreros rebeldes que cortar a Dios de la institución. Que los auxiliares, no importa en qué departamento trabajen, sean discretos. Si repiten todo lo que escuchan, y hablan de todo lo que ven, serán una maldición para el establecimiento. Hay quienes encuentran deleite en repetir cosas para crear sensación. Esto es desmoralizador para una institución y no debe recibir el más mínimo aliento.—Carta 30, 1887. MM 279.3