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El diezmo MM 284

Las personas vinculadas con las instituciones establecidas por Dios deben ser cuidadosas en reconocer al Señor en todo. A él le deben su intelecto y todas sus habilidades, y esto lo deben reconocer. Como lo hizo Abraham, deben pagar un diezmo fiel de todo lo que poseen y de todo lo que reciben. Un diezmo fiel es la porción del Señor. Retenerlo es robar a Dios. Todos debieran traer en forma libre, dispuesta y alegre los diezmos y las ofrendas al alfolí del Señor. Al hacerlo así se recibirá una bendición. No hay seguridad en no devolver a Dios su propia porción.—Manuscrito 162, 1897. MM 284.2