Dios desea que la verdad se abra ante los hombres a quienes ha dado dotes especiales, pero que ignoran la gran necesidad del alma. Hay algunos que están habilitados particularmente para esta obra; hay quienes debieran buscar al Señor diariamente, haciendo un estudio de cómo alcanzar a las personas de esta clase, no sólo para tener una relación casual con ellos, sino para ocuparse de ellos con esfuerzo personal y una fe viva. Deben manifestar un profundo amor por su alma, una preocupación real porque tengan un conocimiento de la verdad como está presentada en la Palabra de Dios... MM 323.1
Tristemente esta clase se ha descuidado. Los obreros han juzgado por la apariencia, y han dado por cierto que ésa sería una labor en vano. Pero a estas personas a quienes Dios ha otorgado dones, ministros y pueblo en general, se les debe inducir a asirse de la mano de la fe viva. Que los obreros se aferren de las promesas de Dios, diciendo: “Tú has prometido, ‘pedid, y recibiréis’. Debo convertir esta alma a Jesucristo”. Pedid oración por las almas por quienes trabajáis; presentadlas delante de la iglesia como objetivos por los cuales suplicar. Esto será precisamente lo que la iglesia necesita para que sus miembros desvíen la mente de las cosas pequeñas y sus dificultades insignificantes para sentir una gran carga, un interés personal por un alma que casi perece. Elegid diariamente otra y aun otra alma, buscando dirección de Dios, colocando todo delante de él en oración ferviente y obrando en sabiduría divina. Mientras hagáis esto, veréis que Dios otorgará el Espíritu Santo para convencer, y el poder de la verdad para convertir el alma. MM 323.2
Se me ha mostrado que miles de hombres ricos han descendido a la tumba sin conocer la verdad, porque se los ha juzgado por la apariencia y se los ha pasado por alto como objetivos inalcanzables. El Señor desea que se cambie este orden de cosas. Que hombres de juicio entren a la obra, hombres que aún no han hecho nada de esto porque les ha parecido algo prohibitivo e imposible. Es una obra grande e importante, y Dios habilitará con sabiduría a personas que la lleven a cabo. MM 324.1
No será un toque casual o accidental el que hará que estas almas adineradas, amantes del mundo y adoradoras de la mundanalidad, sean atraídas a Cristo. Debe disponerse de esfuerzo personal decidido de parte de hombres y mujeres que estén imbuidos con el espíritu misionero, que no fracasen y que no se desanimen. El mensajero de Dios debe tener siempre en mente que el universo celestial ha estado esperando por mucho tiempo para cooperar con los agentes humanos en esta obra que se ha rehuido y descuidado.—Carta 47, 1894. MM 324.2