Los profesores de nuestra facultad de medicina deben estimular a los alumnos a obtener todo el conocimiento que puedan en cada departamento. Si hallan alumnos deficientes en el cuidado y la comprensión de sus responsabilidades, deben presentarles el asunto claramente, dándoles oportunidad de corregir sus hábitos y alcanzar una norma más alta. MM 86.2
Los profesores no deben desalentarse porque algunos sean tardos en aprender; ni tampoco desalentar a los alumnos que cometen errores. Mientras se les señalan bondadosamente sus errores y defectos, por su parte los estudiantes deben sentir agradecimiento por cualquier instrucción que se les dé. No hay que estimular un espíritu altanero de parte de los alumnos. Todos tienen que estar dispuestos a aprender, y los profesores a instruirlos y a enseñarles a tener confianza propia, a ser competentes, cuidadosos y esmerados. Mientras estudian bajo instructores sabios, y comparten con ellos sus responsabilidades, los estudiantes pueden, con la ayuda de los profesores, ascender al peldaño más alto de la escalera. MM 86.3
Los alumnos deben estar dispuestos a trabajar bajo la dirección de los que tienen experiencia y a escuchar sus sugestiones y consejos, para seguirlos hasta donde sea posible con reflexión, preparación e inteligencia emprendedora; pero nunca deben violar un reglamento ni despreciar un principio que se haya entretejido con el desarrollo de la institución. El descenso es bastante fácil; el desprecio de los reglamentos es natural para el corazón inclinado a la comodidad y a la complacencia egoísta. Es mucho más fácil derribar que edificar. Un solo alumno de ideas descuidadas puede contribuir más a rebajar las normas, de lo que el esfuerzo de diez hombres puede hacer para contrarrestar la influencia desmoralizadora... MM 87.1