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Sin recargar el cuerpo MM 105

Podéis hacer la mejor obra misionera en el hogar cuidando del templo de Dios... No supongáis que podéis sobrecargar esta preciosa maquinaria, no sea que alguna parte se rompa y haga cesar vuestro trabajo. MM 105.2

Me da pena cuando se presentan delante de mí estudiantes que se han educado para trabajar por la salvación de las almas y los cuerpos de quienes perecen a su alrededor, pero que perecerán ellos mismos antes de lograr lo que tan ardientemente buscan. ¿Aprenderán todos los maestros y estudiantes antes de ir más adelante, cómo tratarse ellos mismos, para que puedan cooperar en forma inteligente con Dios, llevar su mensaje, hacer su obra y no ser cortados precisamente cuando más se los necesita? MM 105.3